domingo, 17 de agosto de 2014

Segundo discurso inaugural de Abraham Lincoln, del 4 de marzo de 1865 / Second Inaugural Address (March 4, 1865)

(revisando)



Contexto 

Semanas de tiempo húmedo precedente segunda investidura de Lincoln habían causado la Avenida Pennsylvania para convertirse en un mar de lodo y agua estancada. Miles de espectadores se pusieron en el barro espeso en los jardines del Capitolio para escuchar al Presidente. Mientras estaba en el Pórtico del Este para tomar el juramento ejecutivo, la cúpula del Capitolio completado sobre la cabeza del presidente fue un recordatorio físico de la determinación de su administración a lo largo de los años de guerra civil. Jefe de Chase Justicia Salmon administró el juramento del cargo. En poco más de un mes, el Presidente sería asesinado.

Compatriotas:

En esta segunda aparición de tomar el juramento de la oficina presidencial hay menos ocasión de una dirección ampliada de la que había en la primera. A continuación, una declaración algo en detalle de un curso para ser perseguido parecía adecuado y apropiado. Ahora, al término de cuatro años, durante los cuales las declaraciones públicas han sido constantemente provocado en todos los puntos y la fase de la gran contienda que todavía absorbe la atención y absorbe las energías de la nación, pocas novedades podría ser presentado. El progreso de los brazos, en los que todo lo demás depende principalmente, es tan conocido al público como a mí mismo, y lo es, confío, razonablemente satisfactorio y alentador para todos. Con gran esperanza para el futuro, ninguna predicción en cuanto a que se aventuró.

Con motivo correspondiente a este hace cuatro años todos los pensamientos se dirigen con ansiedad a un inminente guerra civil. Todos temían que, todos trataron de evitarlo. Mientras que el discurso inaugural fue entregado desde este lugar, dedicado por completo a 'salvar' la Unión sin guerra, los agentes eran urgentes en la ciudad tratando de "destruir" sin guerra - la búsqueda de la disolución de la Unión y dividir efectos mediante la negociación. Ambas partes han desaprobado la guerra, pero uno de ellos se 'hacer' la guerra en lugar de dejar que la nación sobreviva, y la otra sería "aceptar" la guerra en lugar de dejar que se pierda, y vinieron a la guerra.

Una octava parte de toda la población fueron de color esclavos, no distribuidas generalmente en la Unión, pero localizado en la parte sur de la misma. Estos esclavos constituían un interés peculiar y poderoso. Todos sabían que este interés era de alguna manera la causa de la guerra. Fortalecer, perpetuar y ampliar este interés fue el objeto para el que los insurgentes podrían desgarrar la Unión, incluso por la guerra, mientras que el Gobierno afirma no tiene derecho a hacer algo más que para restringir la ampliación territorial de la misma. Ninguna de las partes espera que para la guerra de la magnitud o la duración que ya ha alcanzado. Tampoco prevé que la "causa" del conflicto podría cesar con o incluso antes de que el conflicto en sí mismo debe cesar. Cada buscaban un triunfo fácil, y un resultado menos fundamental y sorprendente. Ambos leen la misma Biblia y rezan al mismo Dios, y cada uno invoca su ayuda contra el otro. Puede parecer extraño que algún hombre se atreviera a pedir una ayuda sólo de Dios en retorciendo su pan con el sudor de las caras de otros hombres, pero vamos a no juzgar, para que no seamos juzgados. Las oraciones de los dos no podían ser contestadas. Eso de no ha respondido plenamente. El Todopoderoso tiene sus propios propósitos. "¡Ay del mundo por los tropiezos, porque es menester que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo." Si vamos a suponer que la esclavitud americana es una de las infracciones que, en la providencia de Dios, deben venir necesidades, pero que, de haber continuado a través de Su tiempo señalado, Él ahora quiere eliminar, y que Él da al norte y del sur este terrible guerra como la aflicción por aquellos por quienes vino la ofensa, debemos discernir en ellos cualquier desviación de esos atributos divinos que los creyentes en un Dios vivo siempre atribuyen a Él? Cariñosamente Qué esperamos, oramos fervientemente, que este poderoso flagelo de la guerra puede rápidamente desaparecer. Sin embargo, si Dios quiere que continúe hasta que se hundió toda la riqueza acumulado por el fiador doscientos cincuenta años de labor no correspondido, y hasta que cada gota de sangre extraída con el látigo sea pagada por otra dibuja con la espada, al igual que dijo hace tres mil años, por lo que todavía hay que decir "los juicios de Jehová son verdad, todos justos."

Con malicia hacia nadie, con caridad para todos, con firmeza en el derecho que Dios nos da para ver el derecho, esforcémonos en terminar la obra en que estamos, para vendar las heridas de la nación, para cuidar de él, que tendrá transmitidas por la batalla y por su viuda y su huérfano, para hacer todo lo que puede lograr y apreciar una paz justa y duradera entre nosotros y con todas las naciones.



Original



Context
Weeks of wet weather preceding Lincoln's second inauguration had caused Pennsylvania Avenue to become a sea of mud and standing water. Thousands of spectators stood in thick mud at the Capitol grounds to hear the President. As he stood on the East Portico to take the executive oath, the completed Capitol dome over the President's head was a physical reminder of the resolve of his Administration throughout the years of civil war. Chief Justice Salmon Chase administered the oath of office. In little more than a month, the President would be assassinated.

Fellow-Countrymen:

At this second appearing to take the oath of the Presidential office there is less occasion for an extended address than there was at the first. Then a statement somewhat in detail of a course to be pursued seemed fitting and proper. Now, at the expiration of four years, during which public declarations have been constantly called forth on every point and phase of the great contest which still absorbs the attention and engrosses the energies of the nation, little that is new could be presented. The progress of our arms, upon which all else chiefly depends, is as well known to the public as to myself, and it is, I trust, reasonably satisfactory and encouraging to all. With high hope for the future, no prediction in regard to it is ventured.

On the occasion corresponding to this four years ago all thoughts were anxiously directed to an impending civil war. All dreaded it, all sought to avert it. While the inaugural address was being delivered from this place, devoted altogether to 'saving' the Union without war, urgent agents were in the city seeking to 'destroy' it without war--seeking to dissolve the Union and divide effects by negotiation. Both parties deprecated war, but one of them would 'make' war rather than let the nation survive, and the other would 'accept' war rather than let it perish, and the war came.

One-eighth of the whole population were colored slaves, not distributed generally over the Union, but localized in the southern part of it. These slaves constituted a peculiar and powerful interest. All knew that this interest was somehow the cause of the war. To strengthen, perpetuate, and extend this interest was the object for which the insurgents would rend the Union even by war, while the Government claimed no right to do more than to restrict the territorial enlargement of it. Neither party expected for the war the magnitude or the duration which it has already attained. Neither anticipated that the 'cause' of the conflict might cease with or even before the conflict itself should cease. Each looked for an easier triumph, and a result less fundamental and astounding. Both read the same Bible and pray to the same God, and each invokes His aid against the other. It may seem strange that any men should dare to ask a just God's assistance in wringing their bread from the sweat of other men's faces, but let us judge not, that we be not judged. The prayers of both could not be answered. That of neither has been answered fully. The Almighty has His own purposes. "Woe unto the world because of offenses; for it must needs be that offenses come, but woe to that man by whom the offense cometh." If we shall suppose that American slavery is one of those offenses which, in the providence of God, must needs come, but which, having continued through His appointed time, He now wills to remove, and that He gives to both North and South this terrible war as the woe due to those by whom the offense came, shall we discern therein any departure from those divine attributes which the believers in a living God always ascribe to Him? Fondly do we hope, fervently do we pray, that this mighty scourge of war may speedily pass away. Yet, if God wills that it continue until all the wealth piled by the bondsman's two hundred and fifty years of unrequited toil shall be sunk, and until every drop of blood drawn with the lash shall be paid by another drawn with the sword, as was said three thousand years ago, so still it must be said "the judgments of the Lord are true and righteous altogether."

With malice toward none, with charity for all, with firmness in the right as God gives us to see the right, let us strive on to finish the work we are in, to bind up the nation's wounds, to care for him who shall have borne the battle and for his widow and his orphan, to do all which may achieve and cherish a just and lasting peace among ourselves and with all nations.

No hay comentarios:

Publicar un comentario