Para el Senado y la Cámara de Representantes:
Desde la convocatoria del Congreso hace un año el país ha experimentado una postración en los negocios y las industrias, como no se ha visto nunca con nosotros durante muchos años. Las especulaciones sobre las causas de esta postración podría entregó a sin fines de lucro, ya que como muchas teorías se adelantarían ya que no habría escritores independientes - los que expresaron sus puntos de vista sin pedir prestado - sobre el tema. Sin caer en teorías sobre la causa de esta postración, por lo tanto, voy a llamar a su atención sólo a la realidad, y para algunas preguntas simples como a las que parecería no debería haber ningún desacuerdo.
Durante esta postración dos elementos esenciales de la prosperidad han sido más abundantes - mano de obra y capital. Ambos han sido en gran parte en paro. Donde la seguridad ha sido indudable, el capital ha sido posible a precios muy moderados. ¿Dónde se ha querido trabajo, se ha encontrado en abundancia, a precios baratos en comparación con lo que - de necesidades y comodidades de la vida - podría ser comprada con el salario exigido. Dos grandes elementos de prosperidad, por lo tanto, no se han negado nosotros. Un tercero podría añadirse: Nuestro suelo y el clima son inigualables, dentro de los límites de un territorio contiguo en una nacionalidad, por su variedad de productos para alimentar y vestir a la gente y en la cantidad de excedentes de sobra para alimentar a los pueblos menos favorecidos. Por lo tanto, con estos hechos a la vista, me parece que un estadista sabio, en esta sesión del Congreso, dictaría la legislación ignorar el pasado; dirigir en los canales adecuados estos grandes elementos de prosperidad para los pueblos. La deuda, la deuda en el extranjero, es el único elemento que puede, siempre con una moneda sana, entrar en nuestros asuntos que causen depresión continuada en la industria y la prosperidad de nuestro pueblo.
Un gran conflicto de la existencia nacional hizo necesario, a efectos temporales, la cría de grandes sumas de dinero de cualquier fuente posible. Se hizo necesario, en la sabiduría del Congreso - y no dudo de su sabiduría en el local, en cuanto a la necesidad de los tiempos - para diseñar un sistema de moneda nacional que resultó ser imposible mantener a la par con la moneda reconocida del mundo civilizado. Esto engendró un espíritu de especulación que implica una extravagancia y el lujo no es necesario para la felicidad o la prosperidad de un pueblo, y con la participación, directa e indirectamente, el endeudamiento externo. La moneda, por ser de la fluctuación de valor, y por lo tanto peligroso para celebrar las transacciones legítimas que requieren dinero, se convirtió en un tema de especulación en sí misma. Estas dos causas, sin embargo, nos han involucrado en un endeudamiento externo, contratado de buena fe por el prestatario y el prestamista, que debe ser pagado en la moneda, y de acuerdo con el bono acordado cuando se contrajo la deuda - de oro o su equivalente. La buena fe del Gobierno no se puede violar a los acreedores sin vergüenza nacional. Pero nuestro comercio debe fomentarse; La construcción naval americana y capacidad de carga se incrementaron; mercados extranjeros buscaban productos de la tierra y fábricas, a fin de que podamos ser capaces de pagar estas deudas. Cuando un nuevo mercado se puede crear para la venta de nuestros productos, ya sea de la tierra, la mina o la fábrica, un nuevo medio se descubre de la utilización de nuestro capital ocioso y el trabajo en beneficio de todo el pueblo. Pero, a mi juicio, el primer paso hacia el logro de este objetivo es hallar una moneda de valor estable, fijo; una buena moneda donde reina la civilización; uno que, si llega a ser sobreabundante con un pueblo, encontrarán un mercado con algún otro; una moneda que tiene como base el trabajo necesario para producirlo, lo que dará a ella su valor. El oro y la plata son ahora el medio de cambio reconocido del mundo civilizado sobre, y para ello se deben devolver con la menor demora posible. En vista de las promesas del Congreso americano en que se adoptó el sistema de curso legal actual, y la deuda contraída, no debe haber ningún retraso - ciertamente ninguna demora innecesaria - en la fijación por la legislación de un método por el cual vamos a volver a la especie. Para el logro de este fin invito a su especial atención. Creo firmemente que no puede haber avivamiento próspera y permanente de los negocios y las industrias hasta que se adopte una política - con la legislación para llevarlo a cabo - en busca de un retorno a una base especie. Es fácil concebir que el deudor y clases especulativos pueden pensar que de valor para ellos para hacer la llamada dinero abundante hasta que puedan arrojar una parte de sus cargas a los demás. Pero incluso estos, creo, sería decepcionado en el resultado si un curso debe perseguirse que mantendrá en duda el valor de la mediana de curso legal de monedas. Un renacimiento de la industria productiva es necesaria para todas las clases; por nadie más que los titulares de los bienes, de cualquier clase, con deudas de liquidar de la realización a partir de su venta. Pero admitiendo que estas dos clases de ciudadanos están a ser beneficiados por la expansión, ¿sería honesto para darle? ¿No sería la pérdida general de ser demasiado grande para justificar esa medida? ¿No sería igual de honesto y prudente autorizar cada deudor para emitir sus propias ofertas legales-en la medida de sus responsabilidades? Que para ello, ¿no sería más seguro, por temor a overissues por los acreedores sin escrúpulos, que decir que todas las obligaciones de la deuda se borran en los Estados Unidos, y ahora comenzará de nuevo, cada una poseyendo todo lo que tiene en el tiempo libre de estorbo? Estas proposiciones son demasiado absurdo para ser entretenido por un momento por el pensamiento o la gente honesta. Sin embargo, cada retraso en la preparación para la reanudación definitiva participa de esta falta de honradez, y es sólo menos en grado como la esperanza se sostiene que una temporada conveniente será por fin llegar para el buen trabajo de redimir nuestras promesas para comenzar. Nunca llegará, en mi opinión, excepto por una acción positiva por parte del Congreso, o por desastres nacionales que destruirán, por un tiempo al menos, el crédito de la persona y el Estado en general. Una moneda sana podría ser alcanzado por la quiebra total y descrédito de la integridad de la nación y de los individuos. Creo que está en el poder del Congreso en esta sesión para idear las leyes que renovará la confianza, reactivar todas las industrias, nos comenzar con una carrera de prosperidad para durar muchos años y para salvar el crédito de la nación y del pueblo . Pasos hacia el retorno a una base especie son los grandes requisitos a esta devoción que buscarla final. Hay otros que me permite tocar de aquí en adelante.
Una nación que trata en una moneda debajo de la de especie en labores de valor bajo dos grandes desventajas: En primer lugar, que no tiene uso para el medio reconocido en el mundo de monedas, oro y plata, éstos son conducidos fuera del país porque no hay necesidad de su uso ; en segundo lugar, el medio de intercambio en el uso que es de un valor fluctuante - porque, después de todo, es sólo un valor de sólo lo que se compra de oro y plata, metales que tienen un valor intrínseco en la misma proporción que el trabajo honesto que se necesita para producir ellos - un margen mayor debe permitirse con fines de lucro por el fabricante y productor. Es meses a partir de la fecha de producción y la fecha de realización. Los intereses sobre el capital debe estar cargada, y el riesgo de fluctuación del valor de lo que se va a recibir en pago añadido. De ahí que los altos precios, que actúa como una protección a los productores extranjeros, que no recibe nada a cambio de los productos de su habilidad y la mano de obra, excepto una buena moneda, a un valor estable, todo el mundo me parece que no hay nada más claro que la mayor parte de la carga de la postración existente, por la falta de un sistema financiero sólido, recae sobre el trabajador, que después de todo tiene que producir la riqueza, y el hombre asalariado, que supervisa y realiza negocios. La carga recae sobre ellos de dos maneras - por la privación de empleo y por la disminución del poder adquisitivo de sus salarios. Es deber del Congreso para elaborar el método de corregir los males que son reconocidos a existir, y no la mía. Pero me atrevo a sugerir dos o tres cosas que me parecen como absolutamente necesario para el retorno a la especie pagos, el primer gran requisito en un retorno a la prosperidad. La cláusula de curso legal a la ley que autoriza la emisión de moneda por parte del Gobierno Nacional debe ser derogada, con efecto como a todos los contratos celebrados después de un día fijo en el acto que se deroga - no aplicar, sin embargo, a los pagos de los salarios por el gobierno, o para otros gastos ya previstos por la ley para ser pagado en la moneda, en el intervalo de espera de entre derogación y la reanudación final. Conviene prever en la que el Secretario de Hacienda podrá obtener oro, ya que puede llegar a ser necesario de vez en cuando de la fecha en que la redención especie comienza. Con este poder y se debe agregar un ingreso suficientemente superiores a los gastos para asegurar una acumulación de oro en el Tesoro para mantener la redención permanente.
Felicito a este tema para su consideración cuidadosa, en la creencia de que una solución favorable es posible, y si es alcanzado por este Congreso, que las generaciones presentes y futuras a alguna gratitud recordarlo como su libertador de una esclavitud del mal y la desgracia.
Con la reanudación, la banca libre podrá autorizar con seguridad, dando la misma plena protección a los titulares de cuentas que tienen bajo las leyes existentes. De hecho, yo consideraría la banca libre como esencial. Daría la elasticidad propia de la moneda. A medida que más moneda debería ser necesario para la transacción de negocios legítimos, los nuevos bancos se iniciarían, ya su vez los bancos terminarían sus negocios cuando se descubrió que había una sobreabundancia de divisas. La experiencia y el juicio de las personas mejor pueden decidir cuánto de divisas se requiere para la operación de los negocios del país. No es seguro dejar el arreglo de esta cuestión al Congreso, el Secretario de Hacienda, o el Ejecutivo. El Congreso debe hacer que la regulación bajo el cual pueden existir los bancos, pero no debe hacer la banca un monopolio mediante la limitación de la cantidad de papel moneda redimible que se autorizó. Tal importancia hacer que concedo a este tema, y tan seriamente hacer lo recomiendo a su atención, que le doy importancia al introducirlo en el comienzo de este mensaje.
Durante el pasado año, nada ha ocurrido a perturbar las relaciones amistosas y cordiales generales de los Estados Unidos con otras potencias.
La correspondencia adjunta presentada entre este Gobierno y sus representantes diplomáticos, como también con los representantes de otros países, muestra un buen estado de todas las cuestiones entre los Estados Unidos y la mayoría de esos países, y con pocas excepciones, a la que se hace referencia en lo sucesivo , la ausencia de puntos de diferencia a ajustar.
La notificación dirigida por la resolución del Congreso de 17 de junio de 1874, que se dará a rescindir el convenio de 17 de julio de 1858, entre los Estados Unidos y Bélgica se le ha dado, y el tratado en consecuencia terminará en la primera jornada de julio, 1875 Esta convención asegurado a determinados buques belgas ingresan los puertos de los privilegios excepcionales Estados Unidos que no se conceden a los propios buques. Otras características de la convención han dado resultados satisfactorios, y han tendido a la cultivación de las relaciones comerciales de beneficio mutuo y las relaciones amistosas entre los dos países. Espero que las negociaciones que hayan sido invitadas darán lugar a la celebración de otro tratado que tienda a los intereses de ambos países.
Nuestras relaciones con China siguen siendo amable. Durante el pasado año, el temor de las hostilidades entre China y Japón, que crecen fuera de el desembarco de una fuerza armada a la isla de Formosa por este último, ha ocasionado intranquilidad. Esperamos sinceramente, sin embargo, que se ajustarán a las dificultades derivadas de la presente causa, y que el avance de la civilización en estos imperios no puede ser retardada por un estado de guerra. Como consecuencia de la parte tomada por ciertos ciudadanos de los Estados Unidos en esta expedición, nuestros representantes en esos países han sido instruidos para convencer a los Gobiernos de China y Japón el firme propósito de este país a mantener una estricta neutralidad en el caso de hostilidades, y evitar cuidadosamente cualquier infracción de la ley por parte de nuestros ciudadanos.
En relación con este tema que me llamo la atención del Congreso a un hecho generalmente admitido - que la gran proporción de los inmigrantes chinos que llegan a nuestras costas no vienen voluntariamente, para hacer sus casas con nosotros y su trabajo productivo de prosperidad general, pero ser objeto de contratos con los jefes, que los poseen casi absolutamente. En una forma peor se aplica esto a las mujeres chinas. Apenas un porcentaje perceptible de ellos realiza ningún trabajo honorable, pero es presentada con fines inconfesables, para desgracia de las comunidades donde se asentaron y para la gran desmoralización de los jóvenes de esas localidades. Si esta mala práctica se puede legislar en contra, será un placer, así como el deber de hacer cumplir cualquier regulación para asegurar tan deseable su fin.
Se espera que las negociaciones entre el Gobierno de Japón y las potencias de los tratados, que buscan una mayor apertura del Imperio y de la eliminación de varias restricciones sobre el comercio y los viajes, pronto podrían producir los resultados deseados, que no pueden dejar de redundar en beneficio de todas las partes. Tener en ocasiones anteriores presentados a la consideración del Congreso de la conveniencia de la publicación del Gobierno japonés del pago adicional de la indemnización en virtud del convenio de 22 de octubre de 1864, y como no se habían tomado medidas al respecto, que se convirtió en mi deber de relación las obligaciones de la convención en su versión vigente; y como las otras potencias interesadas habían recibido su parte de la indemnización en su totalidad, el ministro de Estados Unidos en Japón ha sido, en nombre de este Gobierno, recibió el resto de la cantidad adeudada a los Estados Unidos en virtud del convenio de Simonosaki. Presento la conveniencia de la aplicación de los ingresos de una parte, si no de la totalidad, de este fondo para la educación en el idioma japonés de un número de hombres jóvenes a estar bajo la obligación de servir al Gobierno por un tiempo determinado como intérpretes en la legación y los consulados en Japón. Un número limitado de jóvenes japoneses podría al mismo tiempo ser educado en nuestra propia lengua vernácula, y los beneficios mutuos daría lugar a ambos Gobiernos. La importancia de tener nuestros propios ciudadanos, competentes y familiarizados con el lenguaje de Japón, para actuar como intérpretes y en otras capacidades relacionadas con la legación y los consulados en ese país no puede fácilmente ser sobrestimada.
El importe concedido al Gobierno de Gran Bretaña por la comisión mixta constituida con arreglo a las disposiciones del tratado de Washington en la solución de las reclamaciones de los súbditos británicos que emanen de actos cometidos entre el 13 de abril de 1861, y el 9 de abril de 1865, se convirtió en pagar, en virtud de los términos del tratado, en el último año, y se pagó a partir del día 21 de septiembre de 1874 en este sentido renuevo mi recomendación, formulada en la apertura de la última sesión del Congreso, la creación de un tribunal especial para escuchar y determinar todas las reclamaciones de los extranjeros contra los Estados Unidos a raíz de actos cometidos contra sus personas o bienes durante la insurrección. Parece equitativa esa oportunidad se debe ofrecer a los ciudadanos de otros estados para presentar sus reclamaciones, así como a los súbditos británicos cuyas pretensiones no eran admisibles en virtud de la tarde la comisión, a la temprana decisión de algún tribunal competente. Para ello recomiendo la legislación necesaria para organizar un tribunal para disponer de todas las reclamaciones de los extranjeros de la naturaleza definida de una manera equitativa y satisfactoria, y para aliviar el Congreso y los Departamentos de la consideración de estas cuestiones.
La legislación necesaria para extender a la colonia de Terranova ciertos artículos del tratado de Washington del día 8 de mayo de 1871, habiendo sido tenía, un protocolo a tal efecto se firmó en nombre de los Estados Unidos y de Gran Bretaña en el 28 día de mayo pasado, y fue debidamente proclamado en el día siguiente. Una copia de la proclamación presente se transmite.
Una copia del informe del comisario designado bajo la Ley de 19 de marzo de 1872, de deslinde y amojonamiento de la frontera entre los Estados Unidos y las posesiones británicas del lago de los bosques a la cumbre de las Montañas Rocosas es transmitida adjunto. Estoy feliz de anunciar que el trabajo de campo de la comisión se ha completado, y toda la línea desde la esquina noroeste del lago de los bosques a la cumbre de las montañas rocosas se ha ejecutado y marcado sobre la superficie de la tierra. Se cree que la cantidad restante no utilizado de la dotación realizada en la última sesión del Congreso será suficiente para completar el trabajo de oficina. Recomiendo que la autoridad del Congreso se dará a la utilización del saldo no utilizado de la consignación en la realización del trabajo de la comisión en la toma de su informe y la preparación de los mapas necesarios.
El tribunal conocido como la Corte de Comisionados de Alabama Reclamaciones, creado por una ley del Congreso de la última sesión, ha organizado y comenzado su labor, y es de esperar que las reclamaciones admisibles en virtud de las disposiciones de la ley se pueden averiguar rápidamente y pagado.
Se ha considerado conveniente ejercer la discrecionalidad conferida al Ejecutivo en la última sesión al aceptar las condiciones impuestas por el Gobierno de Turquía por el privilegio de permitir que los ciudadanos de los Estados Unidos para mantener las propiedades inmobiliarias en el primer país, y por asentimiento a un cierto cambio en la jurisdicción de los tribunales de esta última. Una copia de la proclamación sobre estos temas se adjunta comunicado.
No ha habido ningún cambio importante en nuestras relaciones con los Estados independientes de este hemisferio que antes estaban bajo el dominio de España. Merodean en las fronteras entre México y Texas todavía tiene lugar frecuentemente, a pesar de la vigilancia de las autoridades civiles y militares en ese trimestre. La dificultad de control de dichos delitos a lo largo del curso de un río tan largo como el de Río Grande, y tan a menudo vadeable, es obvio. Se espera que los esfuerzos de este Gobierno serán secundados por los de México a la supresión efectiva de estos actos de mal.
De un informe de la condición de la empresa antes de americana y mexicana el Comité conjunto de reclamaciones, hecho por el agente por parte de los Estados Unidos, y de 28 de octubre de 1874, se observa que de las 1.017 reclamaciones presentadas por parte de los ciudadanos de los Estados Unidos, 483 habían sido finalmente decidido y 75 estaban en manos del árbitro, dejando 462 que ser eliminados; y de las 998 reclamaciones presentadas contra los Estados Unidos, 726 habían sido finalmente decidido, yo era antes de que el árbitro, y 271 que quedaba por eliminar. Desde la fecha de tal informe otras reclamaciones han sido enajenados, reduciendo tanto el número aún pendientes; y otros se han pasado a los árbitros. Se ha hecho evidente, en vista de estos datos y del hecho de que la labor que incumbe a la umpire es particularmente laboriosa, que la comisión no podrá disponer de la totalidad del número de reclamaciones pendientes antes del día 1 de febrero, 1875- fecha -el fijado para su expiración. Las negociaciones están pendientes mirando a la obtención de los resultados de las decisiones que se han alcanzado ya una nueva prórroga de la comisión por un tiempo limitado, que se esperaba con confianza será suficiente para que todos los negocios ahora antes de que a su término final.
El conflicto en la República Argentina es de lamentar, tanto a causa de las partes del mismo y de los probables efectos sobre los intereses de los que participan en el comercio de ese trimestre, de los cuales los Estados Unidos se encuentran entre los principales. Hasta el momento, por lo que yo sé, no ha habido violación de nuestros derechos de neutralidad, que, así como nuestras obligaciones en este sentido, será mi esfuerzo para mantener y observar.
Es con pesar Anuncio que ningún pago adicional se ha recibido del Gobierno de Venezuela con motivo de los premios a favor de los ciudadanos de los Estados Unidos. Las esperanzas se han entretenido que si esa República podía escapar la guerra y extranjera civil por algunos años sus grandes recursos naturales le permitirían cumplir con sus obligaciones. A pesar de que ahora se entiende para estar en paz con otros países, se informó de una insurrección seria estar en progreso en una región importante de esa República. Esto puede ser aprovechado como otra razón para retrasar el pago de las cuotas de nuestros ciudadanos.
La lucha deplorable en Cuba continúa sin ningún cambio notable en las ventajas relativas de las fuerzas contendientes. La insurrección continúa, pero España ha ganado ninguna superioridad. Seis años de guerra dan a la insurrección una importancia que no se puede negar. Su duración y la tenacidad de su adhesión, junto con la ausencia del poder manifiesto de la supresión por parte de España, no pueden ser controvertidos, y pueden hacer que algunas medidas positivas por parte de otras potencias una cuestión de auto-necesidad. Yo esperaba con confianza en este momento para poder anunciar la disposición de algunas de las preguntas importantes entre este Gobierno y el de España, pero las negociaciones han sido prolongada. Las disensiones intestinas infelices de España llaman nuestra profunda simpatía, y deben ser aceptados como tal vez una de las causas de cierto retraso. Una pronta solución, al menos en parte, de las preguntas entre los Gobiernos se esperaba. Mientras tanto, en espera de los resultados de las negociaciones de inmediato pendientes, delego una nueva comunicación y más completa sobre el tema de las relaciones de este país y España.
Tengo de nuevo para llamar la atención del Congreso a la condición insatisfactoria de las leyes existentes con referencia a la expatriación y la elección de la nacionalidad. Anteriormente, en medio de opiniones y decisiones contradictorias, que era difícil determinar exactamente hasta qué punto era aplicable a los ciudadanos de los Estados Unidos la doctrina de la obediencia perpetua. Congreso por el acto de 27 de julio de 1868, afirmó el derecho abstracto de la expatriación como un principio fundamental de este Gobierno. A pesar de tal afirmación y la necesidad de aplicación frecuente del principio, ninguna legislación se ha había definir qué actos o trámites de autorización deberán trabajar expatriación o cuándo se considera que un ciudadano que ha renunciado o haber perdido su ciudadanía. La importancia de esta definición es obvio. Los representantes de los Estados Unidos en países extranjeros se llaman continuamente a prestar su ayuda y la protección de los Estados Unidos a las personas respecto a la buena fe o la realidad de que la ciudadanía haya por lo menos una gran pregunta. En algunos casos, las disposiciones de los tratados proporcionan cierta guía; en otros parece deja a la persona que reclama los beneficios de la ciudadanía, mientras que viven en un país extranjero, lo que contribuye de ninguna manera con el desempeño de los deberes de un ciudadano de los Estados Unidos, y sin intención en cualquier momento para volver y llevar a cabo los deberes, a que utilicen las reclamaciones a la ciudadanía de los Estados Unidos simplemente como un escudo contra el cumplimiento de las obligaciones de un ciudadano en otros lugares.
La situación de los niños nacidos de padres estadounidenses que residen en un país extranjero, de las mujeres estadounidenses que tienen los extranjeros casados, de los ciudadanos estadounidenses que residen en el extranjero cuando dicha cuestión no está regulada por el tratado, son todas las fuentes de dificultad frecuente y discusión. La legislación sobre estas y otras preguntas similares, y en particular la definición de cuándo y bajo qué circunstancias la expatriación se puede lograr o es de suponer, es especialmente necesario. En este sentido pido con insistencia la atención del Congreso a las dificultades derivadas de la naturalización fraudulenta. Los Estados Unidos sabiamente, libremente, y ofrece generosamente su ciudadanía a todos los que puedan venir de buena fe a residir dentro de los límites de su cumplimiento de ciertas formalidades y condiciones razonables y simples prescritos. Entre las más altas funciones del Gobierno es que se proteja firme, suficiente, e igual a todos sus ciudadanos, ya sean nativos o naturalizados. Se debe tener cuidado de que un derecho llevando consigo ese apoyo desde el Gobierno no se debe obtener de manera fraudulenta, y debe ser otorgado solamente sobre prueba completa de un cumplimiento de la ley; y casos frecuentes pero se señalan a la atención del Gobierno de la naturalización ilegal y fraudulenta y del uso no autorizado de los certificados así indebidamente obtenidos. En algunos casos el carácter fraudulento de la naturalización ha aparecido sobre la faz de la propia certificado; en otros, el examen revela que el titular no ha cumplido con la ley, y en otros se han obtenido certificados cuando las personas que ocupan no sólo no tenían derecho a naturalizarse, pero ni siquiera había estado dentro de los Estados Unidos en el momento de la pretendida naturalización. Las instancias de cada una de estas clases de fraude se descubren en nuestras legaciones, donde se presentan los certificados de naturalización, ya sea con el propósito de obtener pasaportes o para exigir la protección de la legación. Cuando el fraude es evidente en la cara de esos títulos, que son tomadas por los representantes del Gobierno y se remitirán al Departamento de Estado. Pero incluso entonces, el registro de la corte en la que la naturalización fraudulenta ocurrió restos, y duplicados de certificados se pueden obtener fácilmente. Tras la presentación de estos para la emisión de pasaportes o para exigir la protección del Gobierno, el fraude a veces escapa a la atención, y tales certificados no se utilizan con poca frecuencia en las transacciones de negocio a la decepción y la lesión de partes inocentes. Sin colocar ningún obstáculo adicionales en el camino de la obtención de la ciudadanía por el extranjero digno y bien intencionado que viene de buena fe para echar su suerte con la nuestra, yo sinceramente recomiendo más legislación para castigar a la naturalización fraudulenta y para asegurar la cancelación inmediata de la registro de cada naturalización hecha en fraude.
Desde mi último mensaje anual el intercambio se ha hecho de la ratificación de los tratados de extradición con Bélgica, Ecuador, Perú, y Salvador; también de un tratado de comercio y navegación con Perú, y uno de comercio y consulares privilegios con Salvador; todos los cuales han sido debidamente proclamado, como lo ha hecho también una declaración con Rusia con referencia a marcas comerciales.
El informe del Secretario del Tesoro, que por ley se hace directamente al Congreso, y no forma parte de este mensaje, se mostrará los ingresos y gastos del Gobierno para el último año fiscal, la cantidad recibida de cada fuente de ingresos, y el monto pagado por cada uno de los Departamentos de Gobierno. Se observará a partir de este informe que la cuantía de los ingresos respecto de los gastos ha sido menos $ 2,344,882.30 para el año fiscal que termina en junio 30 de 1874, y que para el año fiscal en curso los ingresos estimados para gastos no mucho superar $ 9.000.000. En vista de la gran deuda nacional existente y la obligación de añadir al menos 1 por ciento anual al fondo de amortización, un importe que asciende ahora a más de 34 millones dólares por año, rindo a si los ingresos no se deben aumentar o gastos disminuyeron para llegar a esta cantidad de excedentes . Por no prever el fondo de amortización es un fracaso parcial para cumplir con los contratos y las obligaciones del Gobierno. En la última sesión del Congreso se hizo una reducción muy considerable en las tasas de impuestos y en el número de artículos sometidos a tributación; la pregunta bien podría preguntarse si, en algunos casos, imprudentemente. En relación con este tema, también, me atrevo la opinión de que los medios de recaudación de los ingresos, especialmente de las importaciones, han sido tan avergonzado por la legislación como para que sea cuestionable o no grandes cantidades no se pierden por falta de recaudación, a la pérdida directa del Tesoro y en perjuicio de los intereses de los importadores honestos y los contribuyentes.
El Secretario de Hacienda en su informe favorece la legislación en busca de un pronto retorno a la especie pagos, lo que apoya las opiniones expresadas previamente en este mensaje. Se recomienda también la economía de los créditos; llama la atención sobre la pérdida de ingresos por el que se deroga el impuesto sobre el té y el café, y sin beneficio para el consumidor; recomienda un aumento de 10 centavos por galón sobre el whisky, y, además, que ninguna modificación se realizará en la cuenta bancaria y la moneda aprobada en la última sesión del Congreso, a menos que la modificación debería ser necesario en razón de la adopción de medidas para el retorno a la especie pagos. En estas recomendaciones cordialmente unirme.
Me permito sugerir al Congreso de la conveniencia de reajustar la tarifa a fin de aumentar los ingresos, y al mismo tiempo reducir el número de artículos en los que se recaudan derechos. Aquellos artículos que entran en nuestra fabrica y no se producen en el país, me parece, se debe ingresar libre. Esos artículos de fabricación que producimos una parte constitutiva de, pero no producimos la totalidad, la parte que no producimos debe entrar libre también. Lo haré ejemplo lana fina, colorantes, etc Estos artículos deben ser importados a formar parte de la fabricación de los grados superiores de artículos de lana. Productos químicos utilizados como colorantes, agravadas en los medicamentos, y utilizarse de diversas maneras en las manufacturas sido objeto de esta clase. La introducción con exención de derechos de este tipo de lanas como no producimos estimularía la producción de bienes que requieren el uso de los que hacemos producir, y por lo tanto sería un beneficio a la producción nacional. Hay muchos artículos que entran en "casa fabrica", que no producimos nosotros mismos la tarifa sobre la cual aumenta el costo de producción del artículo fabricado. Todas las correcciones a este respecto son en el sentido de traer mano de obra y el capital en armonía unos con otros y de suministro de uno de los elementos de la prosperidad por lo tanto se necesitan.
El informe de la Secretaría de Guerra adjunta adjunta, y que forman parte de este mensaje, da toda la información relativa a las operaciones, deseos y necesidades del Ejército, y contiene muchas sugerencias y recomendaciones que me encomiendo a su especial atención.
No hay ninguna clase de empleados del gobierno que son más difíciles trabajados que el Ejército - oficiales y soldados; ninguno de los que realizan sus tareas de manera más alegre y eficiente y en condiciones de mayores privaciones y penurias.
La legislación es deseable hacer más eficiente esta rama del servicio público. Todas las recomendaciones de la Secretaría de Guerra me consideran prudente, y sobre todo me encomiendo a su atención los siguientes: La consolidación de los arsenales del gobierno; la restauración de kilometraje a los oficiales que viajan bajo las órdenes; la exención del dinero recibido de la venta de las tiendas de subsistencia y no se cubren en el Tesoro; la utilización de los créditos para la compra de las tiendas de subsistencia, sin esperar el comienzo del año fiscal para el cual se realiza la apropiación; para los créditos adicionales para la recolección de material torpedo; para el aumento de los créditos destinados a la fabricación de armas; para el alivio de los diversos Estados de endeudamiento para las armas cargadas a ellos durante la rebelión; para dejar caer los oficiales de los rollos del Ejército sin juicio por el delito de dibujo pagar más de una vez para el mismo período; Para disuadir del plan para pagar a los soldados por la mejilla, y para el establecimiento de una cátedra de retórica y literatura Inglés en West Point. Las razones de estas recomendaciones son obvias, y se exponen suficientemente en los informes adjuntos. También recomiendo que se fija el estado del cuerpo de Estado Mayor del Ejército, en tanto no se ha hecho, por lo que las promociones se pueden hacer y vacantes cubiertas a medida que ocurren en cada grado cuando se reduce por debajo de la cantidad que se fije por ley. La necesidad de dicha legislación está especialmente sentía ahora en el Departamento de Pago. El número de funcionarios de ese departamento está por debajo del número adecuado para el ejercicio de las funciones que se les exige por ley.
La eficiencia de la Marina se ha incrementado en gran medida durante el año pasado. Bajo el impulso de las complicaciones extranjeros que nos amenazaban al comienzo de la última sesión del Congreso, la mayoría de nuestros barcos de madera eficientes fueron puestos en condiciones para servicio inmediato, y las reparaciones de la flota acorazada fueron empujados con el mayor vigor. El resultado es que la mayoría de ellos están ahora en un Estado eficaz y sólo necesitan ser tripulados y poner en comisión de ir a la vez en servicio.
Algunas de las nuevas corbetas autorizados por el Congreso ya están en comisión, y la mayor parte del resto se lanzan y esperar sólo la finalización de sus máquinas a fin de que puedan tomar su lugar como parte de nuestra fuerza efectiva.
Dos buques torpederos de hierro se han completado durante el año pasado, y cuatro de nuestros grandes acorazados de doble torreones están en reparación. Cuando se trata de acabado, todo lo que es útil de nuestra Armada, como ahora autorizado, estará en condiciones de servicio, y con el avance en la ciencia de la guerra torpedo a la Marina estadounidense, relativamente pequeña como es, se puede encontrar en cualquier momento de gran alcance para los fines de una nación pacífica.
Mucho se ha logrado durante el año en ayuda de la ciencia y de aumentar la suma de conocimientos generales y favorecer los intereses del comercio y de la civilización. Sondeos extensos y muy necesarios se han hecho para fines hidrográficos y fijar las rutas correctas de telégrafos océano. Otras encuestas del gran istmo se han emprendido y terminado, y dos buques de la Armada están ahora empleadas, en conjunto con los de Inglaterra, Francia, Alemania y Rusia, en las observaciones relacionadas con el tránsito de Venus, tan útil e interesante para el mundo científico.
Las estimaciones para esta rama del servicio público no difieren sustancialmente de los del año pasado, los del apoyo general del servicio es un poco menos y los de mejoras permanentes en las diversas estaciones bastante más grandes que la estimación correspondiente hizo hace un año. Se recomienda el mantenimiento regular y un aumento constante de la eficiencia de este importante brazo en proporción al crecimiento de nuestras relaciones y los intereses marítimos de la atención del Congreso.
El uso de la marina de guerra en tiempo de paz podría ser utilizada además por una autorización directa de la contratación de buques de guerra en exploraciones y estudios de las supuestas aguas navegables de otras nacionalidades en este continente, especialmente los tributarios de los dos grandes ríos de América del Sur , el Orinoco y el Amazonas. Nada impide que, en virtud de las leyes vigentes, como la exploración, con la excepción de que los gastos se deben hacer en este tipo de expediciones más allá de los habitualmente previsto en los créditos. El campo designado es, sin duda, uno de los intereses y capaz de gran desarrollo de los intereses comerciales - ventajoso a los pueblos alcanzados y para aquellos que puedan establecer relaciones con ellos.
Educación de las personas con derecho a ejercer el derecho de franquicia que consideran esencial para la prosperidad general, en todas partes, y especialmente en las repúblicas, donde el nacimiento, la educación, o la condición anterior no entra en cuenta para dar el sufragio. Al lado de la escuela pública, la oficina de correos es el gran agente de la educación en nuestro vasto territorio. La rapidez con que nuevas secciones están siendo resueltas, lo que aumenta la carga de correos en una proporción más rápida que el aumento de los ingresos, no es alarmante. El informe del Director General de Correos adjunto adjunto muestra que hubo un aumento de los ingresos en su departamento en 1873 respecto al año anterior de $ 1674411, y un aumento del costo de llevar los mensajes y el pago de los empleados de $ 3,041,468.91. El informe del Director General de Correos da estadísticas interesantes de su Departamento, y los compara con las estadísticas correspondientes de hace un año, con un crecimiento en todas las ramas del Departamento.
Una convención postal se ha concluido con Nueva Gales del Sur, un intercambio de tarjetas postales establecido con Suiza, y las negociaciones pendientes durante varios años más allá con Francia se han terminado en una convención con ese país, que entró en vigor en agosto pasado.
Un congreso postal internacional se reunió en Berna, Suiza, en septiembre pasado, en el que Estados Unidos estuvo representado por un funcionario del Departamento de mucha experiencia posterior a la Oficina y de la cualificación para el puesto. Una convención para el establecimiento de una unión postal internacional fue acordado y firmado por los delegados de los países representados, con sujeción a la aprobación de las autoridades competentes de esos países.
Con todo respeto, dirigir su atención al informe del Director General de Correos y de sus sugerencias en cuanto a un ajuste equitativo de la cuestión de la indemnización a los ferrocarriles para transportar los mails.
Su atención se dibuja a la condición inestable de la situación en algunos de los Estados del Sur.
El 14 de septiembre del año pasado el gobernador de Louisiana llamado a mí, a lo dispuesto por la Constitución y las leyes de los Estados Unidos, para ayudar en la represión de la violencia doméstica en ese Estado. Este llamado fue hecho en vista de una proclamación emitida ese día por DB Penn, alegando que él fue elegido teniente gobernador en 1872, y exhortando a la milicia del Estado para armar, armar y conducir desde el poder a los usurpadores, como él designó a los funcionarios del gobierno estatal. Al día siguiente publiqué mi proclamación mando de los insurgentes se disperse dentro de los cinco días siguientes a la fecha de la misma, y, posteriormente, aprendí que ese día habían tomado posesión por la fuerza de la legislatura estatal. Pasos fueron tomadas por mí para apoyar al gobierno estatal existente y reconocido, pero antes de la expiración de los cinco días del movimiento insurreccional fue prácticamente abandonada, y los oficiales del gobierno del estado, con algunas excepciones menores, reanudaron sus atribuciones y deberes. Considerando que la presente administración estatal de Louisiana ha sido el único gobierno en ese Estado durante casi dos años; que ha sido tácitamente reconocido y aceptado como tal en el Congreso, y más de una vez expresamente reconocido por mí, yo la consideraba como mi deber claro, cuando es llamado legalmente a para ese fin, para evitar su derrocamiento por una turba armada con el pretexto de fraude y de irregularidades en la elección de 1872 me han llamado hasta ahora la atención del Congreso a este tema, afirmando que a causa de los fraudes y falsificaciones cometidas en dicha elección, y porque parece que los rendimientos de los mismos nunca fueron legalmente recorrieron, era imposible decir con ello que fueron elegidos; pero a partir de las mejores fuentes de información a mi mando yo siempre he creído que los actuales funcionarios del Estado recibieron una mayoría de los votos legales efectivamente emitidos en esa elección. Repito lo que dije en mi mensaje especial de 23 de febrero de 1873, que en el caso de ninguna acción por parte del Congreso que debe seguir reconociendo el gobierno hasta ahora reconocido por mí.
Lamento decir que los preparativos de la tarde electoral decidieron indicios aparecieron en algunas localidades de los estados del sur de la determinación, por los actos de violencia e intimidación, al privar a los ciudadanos de la libertad del voto a causa de sus opiniones políticas. Bandas de hombres enmascarados y armados, hicieron su aparición; Blanco Leagues y otras sociedades se formaron; grandes cantidades de armas y municiones fueron importados y distribuidos a estas organizaciones; ejercicios militares, con manifestaciones amenazantes, se llevaron a cabo, y con todos estos asesinatos fueron cometidos suficientes para sembrar el terror entre aquellos cuya acción política debía ser suprimida, si es posible, por estas actuaciones intolerantes y criminales. En algunos lugares los trabajadores de color se vieron obligados a votar de acuerdo a los deseos de sus empleadores, bajo amenazas de descarga si actuaran de otra forma; y hay demasiados casos en los que, cuando se tuvieron en cuenta estas amenazas, fueron implacablemente ejecutados por quienes los hacen. Entiendo que se hizo la enmienda XV a la Constitución para evitar esto y un estado como de las cosas, y el acto de 31 de mayo de 1870, con enmiendas, fue aprobada para hacer cumplir sus disposiciones, el objeto de ambas es garantizar a todos los ciudadanos el derecho de sufragio activo y protegerlos en el libre ejercicio de este derecho. Ordenado por la Constitución "para cuidar que las leyes se ejecuten fielmente", y convencido por la evidencia indudable de que violaciónes de dicho acto se había cometido y que una indiferencia generalizada y flagrante de ello fue contemplado, y los propios oficiales fueron instruidos para procesar a los delincuentes , y las tropas estaban estacionadas en puntos convenientes para ayudar a estos oficiales, si es necesario, en el desempeño de sus funciones oficiales. Las quejas se hacen de esta injerencia de autoridades federales; pero si dicha enmienda y acto no contemplan este tipo de interferencias en las circunstancias como anteriormente indicado, entonces son sin sentido, fuerza o efecto, y todo el esquema de la emancipación de color es peor que la burla y poco menos que un crimen. Posiblemente el Congreso puede encontrar debido a la verdad y la justicia para determinar, por medio de un comité, si las supuestas ofensas a los ciudadanos de color con fines políticos son reales o los informes de los mismos se han fabricado para la ocasión.
Todo el número de tropas en los estados de Louisiana, Alabama, Georgia, Florida, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Kentucky, Tennessee, Arkansas, Mississippi, Maryland, y Virginia en el momento de la elección fue 4082. Esto abarca las guarniciones de todos los fuertes de la Delaware hasta el Golfo de México.
Otro problema ha surgido en Arkansas. El artículo 13 de la Constitución de ese Estado (que fue aprobado en 1868, y tras la aprobación por el Congreso de los cuales el Estado fue restaurado a la representación como uno de los Estados de la Unión), dispone en efecto que antes de las enmiendas propuestas a la presente Constitución se convertido en una parte del mismo que deberán ser aprobadas por dos asambleas sucesivas y luego presentado y ratificado por una mayoría de los electores del Estado de votación al respecto. El 11 de mayo de 1874, el gobernador convocó a una sesión extraordinaria de la asamblea general del Estado, que el 18 del mismo mes aprobó una ley que prevé una convención para enmarcar una nueva constitución. De conformidad con esta ley, y en una elección celebrada el 30 de junio de 1874, se aprobó la convención, y los delegados fueron elegidos a la misma, que se reunieron el 14 de julio pasado y enmarca una nueva constitución, el calendario de las que se preveía la elección de un nuevo conjunto de funcionarios del Estado, en forma contraria a las leyes electorales entonces vigentes del Estado. El 13 de octubre de 1874, esta constitución, conforme a lo dispuesto en la misma, se presentó al pueblo para su aprobación o rechazo, y de acuerdo con los resultados de las elecciones fue aprobado por una gran mayoría de las personas cualificadas para votar sobre el mismo; y en las mismas personas de la elección fueron elegidos para llenar todas las oficinas estatales, de condado y municipales. El gobernador electo en 1872 para el período de cuatro años entregó su despacho al gobernador elegido en virtud de la nueva Constitución, con lo cual el teniente-gobernador, también elegido en 1872 para un mandato de cuatro años, que dice actuar como gobernador, y alegando que dijeron procedimiento por el cual se hizo la nueva constitución y un nuevo conjunto de funcionarios electos eran inconstitucionales, ilegales, y sin efecto, hizo un llamamiento a mí, conforme a lo dispuesto en el apartado 4, el artículo IV de la Constitución, para proteger al Estado contra la violencia doméstica. Mientras el Congreso está ahora investigando los asuntos políticos de Arkansas, he negado a intervenir.
Todo el tema de la interferencia del ejecutivo en los asuntos de un Estado repugna a la opinión pública, a los sentimientos de los que, a partir de sus funciones oficiales, deben utilizarse de tal interposición, y para él o los que deben dirigir. A menos que más claramente del lado de la ley, dicha interferencia se convierte en un delito; con la ley que lo soporte, que está condenado sin calefacción. Deseo, por tanto, que toda necesidad de Dirección ejecutiva en los asuntos locales puede resultar innecesaria y obsoleta. Invito a la atención, no del Congreso, sino del pueblo de los Estados Unidos, a las causas y los efectos de estas preguntas infelices. ¿No hay una disposición de un lado a magnificar los errores y atropellos, y por otro lado a menospreciarlos o justificarlos? Si la opinión pública puede ser dirigida a un correcto estudio de lo que es y para reprender mal y ayudar a las autoridades competentes en el castigo que, un mejor estado de sentimiento se inculcado, y cuanto antes nos tendría esa paz que dejaría a los Estados verdaderamente libres para regular sus propios asuntos internos. Creo que por parte de los ciudadanos de los Estados del Sur - la mayor parte de ellos - hay una disposición a ser respetuosos de la ley, y para ello no hay violencia ni a las personas ni a las leyes vigentes. Pero, ¿que hacen bien en ignorar la existencia de la violencia y el derramamiento de sangre en la resistencia a la autoridad constituida? Simpatizo con su estado postrado, y haría todo en mi poder para aliviarlos, reconociendo que en algunos casos han tenido gobiernos más difíciles para vivir en, y los muy opresivas en el camino de los impuestos para mejoras nominales, que no dará los mismos beneficios a las penalidades impuestas. Pero, ¿pueden proclamarse totalmente irresponsable para esta condición? No pueden. La violencia ha sido rampante en algunas localidades, y que haya sido justificado o negado por aquellos que podrían haber evitado. La teoría se planteó incluso que va a haber ninguna otra interferencia por parte del Gobierno General para proteger a los ciudadanos dentro de un Estado en el que las autoridades estatales no dan protección. Este es un gran error. Mientras permanezco Ejecutivo todas las leyes del Congreso y las disposiciones de la Constitución, incluidas las modificaciones añadidas a la misma recientes, se hará cumplir con rigor, pero con pesar de que deberían haber añadido ni una jota ni una tilde de funciones ejecutivas o poderes. Que se haga justicia en la discusión de las cuestiones del Sur, los partidarios de ambos o todos los partidos políticos que dan honestos informes veraces de ocurrencias, condenando el mal y defender el estrecho, y pronto todos estarán bien. Bajo las condiciones actuales, el negro vota a los republicanos porque él sabe que sus amigos son de ese partido. Más de un buen ciudadano vota lo contrario, no porque él está de acuerdo con los grandes principios de estado que las partes separadas, sino porque, en general, se opone a la dominación negra. Este es un grito más engañosa. Tratar el negro como ciudadano y votante, como es y debe seguir siendo, y pronto las partes se dividirá, no en la línea de color, pero en principio. Entonces no tendremos ninguna queja de interferencia sección.
El informe de la Procuraduría General contiene valiosas recomendaciones relativas a la administración de justicia en los tribunales de los Estados Unidos, a la que invito a su atención.
Sugiero respetuosamente al Congreso de la conveniencia de aumentar el número de distritos judiciales en los Estados Unidos a once (el número actual es de nueve) y la creación de dos cargos de jueces adicionales. El territorio sea atravesado por los jueces de circuito es tan grande y el negocio de los tribunales aumentando de manera constante que está creciendo más y más imposible que puedan mantenerse al día con el negocio que requieren su atención. Ya sea que esto implicaría la necesidad de añadir dos magistrados más de la Corte Suprema que el número actual someto al juicio del Congreso.
Se invita a la atención del Congreso el informe de la Secretaría de Gobernación y con la legislación solicitada por él. Los intereses nacionales de las personas están más íntimamente relacionados con este Departamento que con cualquiera de los otros departamentos del Gobierno. Entre sus funciones se han añadido de vez en cuando hasta que han llegado a ser tan oneroso que sin el sistema más perfecto y el orden será imposible para cualquier Secretario del Interior para mantener rastro de todas las transacciones oficiales que tienen su sanción y se hace en su nombre, y por la que se lleva a cabo personalmente responsable.
La política adoptada para la gestión de los asuntos indios, conocidos como la política de paz, se ha adherido a la mayoría de los resultados beneficiosos. Es con confianza se espera que unos años más aliviarán nuestras fronteras del peligro de depredaciones de los indios.
Felicito a la recomendación de la Secretaría de la extensión de las leyes homestead a los indios y para algún tipo de gobierno territorial para el territorio indio. Una gran mayoría de los indios que ocupan este territorio todavía se cree que son incapaces de mantener sus derechos contra el hombre blanco más civilizada e ilustrada. Cualquier forma territorial de gobierno dado que, por lo tanto, deben protegerlos en sus casas y propiedades por un período de por lo menos veinte años, y antes de su aprobación final debe ser ratificada por la mayoría de los afectados.
El informe del Secretario del Interior adjunta adjunta da mucha información estadística interesante, que me abstengo de dar un resumen de, pero remito al informe en sí.
La ley del Congreso que proporciona el juramento que los pensionistas deben suscribir antes de percibir sus pensiones separa de esta generosidad de unos supervivientes de la guerra de 1812 que reside en los Estados del Sur. Recomiendo la restauración de esta recompensa a todo este tipo. El número de personas cuyos nombres así ser restaurado a la lista de los pensionistas no es grande. Son todas las personas de edad, que podría haber tomado parte en la rebelión, y los servicios para los cuales fueron otorgados pensiones eran en defensa de todo el país.
El informe del Comisionado de Agricultura contiene adjunto sugerencias de gran interés para el público en general, y se refiere al Centenario astuto se acerca y la parte de su Departamento está dispuesto a asumir en ella. Siento que la nación en general está interesada en tener esta exposición sea un éxito, y encomiendo al Congreso las medidas que va a asegurar un mayor interés general en el mismo. Ya muchas naciones extranjeras han manifestado su intención de estar representadas en ella, y es de esperar que estará representada toda nación civilizada.
Las normas adoptadas para mejorar la función pública de la Generalitat se han respetado en la mayor medida ha sido posible con la oposición con la que se encuentran. El efecto, creo, ha sido beneficiosa en su conjunto, y ha tendido a la elevación del servicio. Pero es imposible conservar sin el apoyo directo y positivo del Congreso. En general, el apoyo que recibe esta reforma es de los que le dan su apoyo sólo para encontrar culpa cuando las reglas son aparentemente partieron de. El traslado de la oficina sin prefiriendo cargos contra partes eliminadas se citan con frecuencia como desviaciones de las normas adoptadas, y la retención de aquellos contra los que los cargos son hechos por personas irresponsables y sin buenas razones también es a menudo condenada como una violación de los mismos. Bajo estas circunstancias, por lo tanto, les anuncio que si el Congreso aplaza sin legislación positiva sobre el tema de "la reforma de la función pública" Voy a considerar tal acción como una desaprobación del sistema, y los abandonaré, excepto hasta el punto de exigir exámenes para ciertas personas designadas, para determinar su estado físico. Serán abandonados oposiciones.
Los señores que han dado sus servicios, sin compensación, como miembros de la junta para elaborar normas y reglamentos para el gobierno de la administración pública del país se han mostrado mucho celo y fervor en su trabajo, y para ellos, así como a mí mismo , será una fuente de mortificación si ha de ser desechado. Pero repito que es imposible de llevar este sistema a un feliz término sin la aprobación general y la asistencia y el derecho positivo para apoyarlo.
He dicho que tres elementos de la prosperidad a la nación - de capital, mano de obra, calificada y no calificada, y productos de la tierra - aún permanecen con nosotros. Para dirigir el empleo de estos es un problema que merece la más seria atención del Congreso. Si el empleo se puede dar a todo el trabajo que se ofrezca, la prosperidad sigue necesariamente. He expresado la opinión, y repetirlo, que el primer requisito para el logro de este objetivo es la sustitución de una moneda sana en lugar de uno de un valor fluctuante. Esto asegura, hay muchos intereses que podrían ser fomentadas a la gran ganancia de capital y trabajo. Cómo inducir capital para emplear mano de obra es la cuestión. El tema de transporte barato ha ocupado la atención del Congreso. Nueva luz Gran parte de esta pregunta, sin duda, ser dado por el comité designado por el último Congreso para investigar e informar sobre este tema.
Un renacimiento de la construcción naval, y en particular de la construcción del buque de vapor de hierro, es de gran importancia para nuestra prosperidad nacional. Los Estados Unidos ahora está pagando más de $ 100 millones por año para los fletes y pasaje en barcos extranjeros - a realizar en el extranjero y que se utilizará en el empleo y el apoyo de otros pueblos - más allá de un porcentaje justo de lo que debe ir a los buques extranjeros, la estimación de la tonelaje y los viajes de cada uno, respectivamente. Es de lamentar que existe esta disparidad en el comercio de transporte, y para corregirlo yo estaría dispuesto a ver una gran salida desde el curso habitual de Gobierno en el apoyo a lo que podría denominarse por lo general la empresa privada. Yo no recomendaría como un subsidio directo remedio para las líneas navieras americanas, pero yo sugeriría la oferta directa de una amplia compensación para llevar el correo entre las ciudades costa atlántica y el continente en los vapores de propiedad estadounidense y construido estadounidenses, y extendería esta liberalidad a los buques que transportan los mensajes a South Estados Americanos y a América central y México, y perseguiría la misma política de nuestros puertos del Pacífico con los puertos marítimos extranjeros en el Pacífico. Podría exigirse que los buques construidos para este servicio deben llegar a un estándar fijado por la legislación en el tonelaje, velocidad, y todas las demás cualidades, mirando a la posibilidad de Gobierno que les exige en algún momento para fines de guerra. El también derecho de tomar posesión de ellos en dicha emergencia debe tener vigilancia.
Ofrezco estas sugerencias, creyendo que vale la pena considerar, con toda seriedad, que afecta a todos los sectores y todos los intereses por igual. Si nada mejor se puede hacer para dirigir el país en un curso de la prosperidad general, nadie estará más preparado que yo para segundo plan.
Remitió la presente se encontrará el informe de los comisionados nombrados en virtud de una ley del Congreso aprobada 20 de junio 1874, a liquidar los asuntos del gobierno del Distrito. Se verá en el informe que la deuda neta del Distrito de Columbia, menos los valores en la mano y disponible, es:
Deuda en bonos emitidos antes del 01 de julio 1874 $ 8,883,940.93
3.65 bonos, ley del Congreso 20 de junio 1874 2,088,168.73
Certificados de la Junta de Auditoría 4,770,558.45
Ulises S. Grant
Original
Since the convening of Congress one year ago the nation has undergone a prostration in business and industries such as has not been witnessed with us for many years. Speculation as to the causes for this prostration might be indulged in without profit, because as many theories would be advanced as there would be independent writers--those who expressed their own views without borrowing--upon the subject. Without indulging in theories as to the cause of this prostration, therefore, I will call your attention only to the fact, and to some plain questions as to which it would seem there should be no disagreement.
During this prostration two essential elements of prosperity have been most abundant--labor and capital. Both have been largely unemployed. Where security has been undoubted, capital has been attainable at very moderate rates. Where labor has been wanted, it has been found in abundance, at cheap rates compared with what--of necessaries and comforts of life--could be purchased with the wages demanded. Two great elements of prosperity, therefore, have not been denied us. A third might be added: Our soil and climate are unequaled, within the limits of any contiguous territory under one nationality, for its variety of products to feed and clothe a people and in the amount of surplus to spare to feed less favored peoples. Therefore, with these facts in view, it seems to me that wise statesmanship, at this session of Congress, would dictate legislation ignoring the past; directing in proper channels these great elements of prosperity to any people. Debt, debt abroad, is the only element that can, with always a sound currency, enter into our affairs to cause any continued depression in the industries and prosperity of our people.
A great conflict for national existence made necessary, for temporary purposes, the raising of large sums of money from whatever source attainable. It made it necessary, in the wisdom of Congress--and I do not doubt their wisdom in the premises, regarding the necessity of the times--to devise a system of national currency which it proved to be impossible to keep on a par with the recognized currency of the civilized world. This begot a spirit of speculation involving an extravagance and luxury not required for the happiness or prosperity of a people, and involving, both directly and indirectly, foreign indebtedness. The currency, being of fluctuating value, and therefore unsafe to hold for legitimate transactions requiring money, became a subject of speculation within itself. These two causes, however, have involved us in a foreign indebtedness, contracted in good faith by borrower and lender, which should be paid in coin, and according to the bond agreed upon when the debt was contracted--gold or its equivalent. The good faith of the Government can not be violated toward creditors without national disgrace. But our commerce should be encouraged; American shipbuilding and carrying capacity increased; foreign markets sought for products of the soil and manufactories, to the end that we may be able to pay these debts. Where a new market can be created for the sale of our products, either of the soil, the mine, or the manufactory, a new means is discovered of utilizing our idle capital and labor to the advantage of the whole people. But, in my judgment, the first step toward accomplishing this object is to secure a currency of fixed, stable value; a currency good wherever civilization reigns; one which, if it becomes superabundant with one people, will find a market with some other; a currency which has as its basis the labor necessary to produce it, which will give to it its value. Gold and silver are now the recognized medium of exchange the civilized world over, and to this we should return with the least practicable delay. In view of the pledges of the American Congress when our present legal-tender system was adopted, and debt contracted, there should be no delay--certainly no unnecessary delay--in fixing by legislation a method by which we will return to specie. To the accomplishment of this end I invite your special attention. I believe firmly that there can be no prosperous and permanent revival of business and industries until a policy is adopted--with legislation to carry it out--looking to a return to a specie basis. It is easy to conceive that the debtor and speculative classes may think it of value to them to make so-called money abundant until they can throw a portion of their burdens upon others. But even these, I believe, would be disappointed in the result if a course should be pursued which will keep in doubt the value of the legal-tender medium of exchange. A revival of productive industry is needed by all classes; by none more than the holders of property, of whatever sort, with debts to liquidate from realization upon its sale. But admitting that these two classes of citizens are to be benefited by expansion, would it be honest to give it? Would not the general loss be too great to justify such relief? Would it not be just as honest and prudent to authorize each debtor to issue his own legal-tenders to the extent of his liabilities? Than to do this, would it not be safer, for fear of overissues by unscrupulous creditors, to say that all debt obligations are obliterated in the United States, and now we commence anew, each possessing all he has at the time free from incumbrance? These propositions are too absurd to be entertained for a moment by thinking or honest people. Yet every delay in preparation for final resumption partakes of this dishonesty, and is only less in degree as the hope is held out that a convenient season will at last arrive for the good work of redeeming our pledges to commence. It will never come, in my opinion, except by positive action by Congress, or by national disasters which will destroy, for a time at least, the credit of the individual and the State at large. A sound currency might be reached by total bankruptcy and discredit of the integrity of the nation and of individuals. I believe it is in the power of Congress at this session to devise such legislation as will renew confidence, revive all the industries, start us on a career of prosperity to last for many years and to save the credit of the nation and of the people. Steps toward the return to a specie basis are the great requisites to this devoutly to be sought for end. There are others which I may touch upon hereafter.
A nation dealing in a currency below that of specie in value labors under two great disadvantages: First, having no use for the world's acknowledged medium of exchange, gold and silver, these are driven out of the country because there is no need for their use; second, the medium of exchange in use being of a fluctuating value--for, after all, it is only worth just what it will purchase of gold and silver, metals having an intrinsic value just in proportion to the honest labor it takes to produce them--a larger margin must be allowed for profit by the manufacturer and producer. It is months from the date of production to the date of realization. Interest upon capital must be charged, and risk of fluctuation in the value of that which is to be received in payment added. Hence high prices, acting as a protection to the foreign producer, who receives nothing in exchange for the products of his skill and labor except a currency good, at a stable value, the world over It seems to me that nothing is clearer than that the greater part of the burden of existing prostration, for the want of a sound financial system, falls upon the working man, who must after all produce the wealth, and the salaried man, who superintends and conducts business. The burden falls upon them in two ways--by the deprivation of employment and by the decreased purchasing power of their salaries. It is the duty of Congress to devise the method of correcting the evils which are acknowledged to exist, and not mine. But I will venture to suggest two or three things which seem to me as absolutely necessary to a return to specie payments, the first great requisite in a return to prosperity. The legal-tender clause to the law authorizing the issue of currency by the National Government should be repealed, to take effect as to all contracts entered into after a day fixed in the repealing act--not to apply, however, to payments of salaries by Government, or for other expenditures now provided by law to be paid in currency, in the interval pending between repeal and final resumption. Provision should be made by which the Secretary of the Treasury can obtain gold as it may become necessary from time to time from the date when specie redemption commences. To this might and should be added a revenue sufficiently in excess of expenses to insure an accumulation of gold in the Treasury to sustain permanent redemption.
I commend this subject to your careful consideration, believing that a favorable solution is attainable, and if reached by this Congress that the present and future generations will ever gratefully remember it as their deliverer from a thraldom of evil and disgrace.
With resumption, free banking may be authorized with safety, giving the same full protection to bill holders which they have under existing laws. Indeed, I would regard free banking as essential. It would give proper elasticity to the currency. As more currency should be required for the transaction of legitimate business, new banks would be started, and in turn banks would wind up their business when it was found that there was a superabundance of currency. The experience and judgment of the people can best decide just how much currency is required for the transaction of the business of the country. It is unsafe to leave the settlement of this question to Congress, the Secretary of the Treasury, or the Executive. Congress should make the regulation under which banks may exist, but should not make banking a monopoly by limiting the amount of redeemable paper currency that shall be authorized. Such importance do I attach to this subject, and so earnestly do I commend it to your attention, that I give it prominence by introducing it at the beginning of this message.
During the past year nothing has occurred to disturb the general friendly and cordial relations of the United States with other powers.
The correspondence submitted herewith between this Government and its diplomatic representatives, as also with the representatives of other countries, shows a satisfactory condition of all questions between the United States and the most of those countries, and with few exceptions, to which reference is hereafter made, the absence of any points of difference to be adjusted.
The notice directed by the resolution of Congress of June 17, 1874, to be given to terminate the convention of July 17, 1858, between the United States and Belgium has been given, and the treaty will accordingly terminate on the 1st day of July, 1875. This convention secured to certain Belgian vessels entering the ports of the United States exceptional privileges which are not accorded to our own vessels. Other features of the convention have proved satisfactory, and have tended to the cultivation of mutually beneficial commercial intercourse and friendly relations between the two countries. I hope that negotiations which have been invited will result in the celebration of another treaty which may tend to the interests of both countries.
Our relations with China continue to be friendly. During the past year the fear of hostilities between China and Japan, growing out of the landing of an armed force upon the island of Formosa by the latter, has occasioned uneasiness. It is earnestly hoped, however, that the difficulties arising from this cause will be adjusted, and that the advance of civilization in these Empires may not be retarded by a state of war. In consequence of the part taken by certain citizens of the United States in this expedition, our representatives in those countries have been instructed to impress upon the Governments of China and Japan the firm intention of this country to maintain strict neutrality in the event of hostilities, and to carefully prevent any infraction of law on the part of our citizens.
In connection with this subject I call the attention of Congress to a generally conceded fact--that the great proportion of the Chinese immigrants who come to our shores do not come voluntarily, to make their homes with us and their labor productive of general prosperity, but come under contracts with headmen, who own them almost absolutely. In a worse form does this apply to Chinese women. Hardly a perceptible percentage of them perform any honorable labor, but they are brought for shameful purposes, to the disgrace of the communities where settled and to the great demoralization of the youth of those localities. If this evil practice can be legislated against, it will be my pleasure as well as duty to enforce any regulation to secure so desirable an end.
It is hoped that negotiations between the Government of Japan and the treaty powers, looking to the further opening of the Empire and to the removal of various restrictions upon trade and travel, may soon produce the results desired, which can not fail to inure to the benefit of all the parties. Having on previous occasions submitted to the consideration of Congress the propriety of the release of the Japanese Government from the further payment of the indemnity under the convention of October 22, 1864, and as no action had been taken thereon, it became my duty to regard the obligations of the convention as in force; and as the other powers interested had received their portion of the indemnity in full, the minister of the United States in Japan has, in behalf of this Government, received the remainder of the amount due to the United States under the convention of Simonosaki. I submit the propriety of applying the income of a part, if not of the whole, of this fund to the education in the Japanese language of a number of young men to be under obligations to serve the Government for a specified time as interpreters at the legation and the consulates in Japan. A limited number of Japanese youths might at the same time be educated in our own vernacular, and mutual benefits would result to both Governments. The importance of having our own citizens, competent and familiar with the language of Japan, to act as interpreters and in other capacities connected with the legation and the consulates in that country can not readily be overestimated.
The amount awarded to the Government of Great Britain by the mixed commission organized under the provisions of the treaty of Washington in settlement of the claims of British subjects arising from acts committed between April 13, 1861, and April 9, 1865, became payable, under the terms of the treaty, within the past year, and was paid upon the 21st day of September, 1874. In this connection I renew my recommendation, made at the opening of the last session of Congress, that a special court be created to hear and determine all claims of aliens against the United States arising from acts committed against their persons or property during the insurrection. It appears equitable that opportunity should be offered to citizens of other states to present their claims, as well as to those British subjects whose claims were not admissible under the late commission, to the early decision of some competent tribunal. To this end I recommend the necessary legislation to organize a court to dispose of all claims of aliens of the nature referred to in an equitable and satisfactory manner, and to relieve Congress and the Departments from the consideration of these questions.
The legislation necessary to extend to the colony of Newfoundland certain articles of the treaty of Washington of the 8th day of May, 1871, having been had, a protocol to that effect was signed in behalf of the United States and of Great Britain on the 28th day of May last, and was duly proclaimed on the following day. A copy of the proclamation is submitted herewith.
A copy of the report of the commissioner appointed under the act of March 19, 1872, for surveying and marking the boundary between the United States and the British possessions from the Lake of the Woods to the summit of the Rocky Mountains is herewith transmitted. I am happy to announce that the field work of the commission has been completed, and the entire line from the northwest corner of the Lake of the Woods to the summit of the Rocky Mountains has been run and marked upon the surface of the earth. It is believed that the amount remaining unexpended of the appropriation made at the last session of Congress will be sufficient to complete the office work. I recommend that the authority of Congress be given to the use of the unexpended balance of the appropriation in the completion of the work of the commission in making its report and preparing the necessary maps.
The court known as the Court of Commissioners of Alabama Claims, created by an act of Congress of the last session, has organized and commenced its work, and it is to be hoped that the claims admissible under the provisions of the act may be speedily ascertained and paid.
It has been deemed advisable to exercise the discretion conferred upon the Executive at the last session by accepting the conditions required by the Government of Turkey for the privilege of allowing citizens of the United States to hold real estate in the former country, and by assenting to a certain change in the jurisdiction of courts in the latter. A copy of the proclamation upon these subjects is herewith communicated.
There has been no material change in our relations with the independent States of this hemisphere which were formerly under the dominion of Spain. Marauding on the frontiers between Mexico and Texas still frequently takes place, despite the vigilance of the civil and military authorities in that quarter. The difficulty of checking such trespasses along the course of a river of such length as the Rio Grande, and so often fordable, is obvious. It is hoped that the efforts of this Government will be seconded by those of Mexico to the effectual suppression of these acts of wrong.
From a report upon the condition of the business before the American and Mexican Joint Claims Commission, made by the agent on the part of the United States, and dated October 28, 1874, it appears that of the 1,017 claims filed on the part of citizens of the United States, 483 had been finally decided and 75 were in the hands of the umpire, leaving 462 to be disposed of; and of the 998 claims filed against the United States, 726 had been finally decided, I was before the umpire, and 271 remained to be disposed of. Since the date of such report other claims have been disposed of, reducing somewhat the number still pending; and others have been passed upon by the arbitrators. It has become apparent, in view of these figures and of the fact that the work devolving on the umpire is particularly laborious, that the commission will be unable to dispose of the entire number of claims pending prior to the 1st day of February, 1875--the date fixed for its expiration. Negotiations are pending looking to the securing of the results of the decisions which have been reached and to a further extension of the commission for a limited time, which it is confidently hoped will suffice to bring all the business now before it to a final close.
The strife in the Argentine Republic is to be deplored, both on account of the parties thereto and from the probable effects on the interests of those engaged in the trade to that quarter, of whom the United States are among the principal. As yet, so far as I am aware, there has been no violation of our neutrality rights, which, as well as our duties in that respect, it shall be my endeavor to maintain and observe.
It is with regret I announce that no further payment has been received from the Government of Venezuela on account of awards in favor of citizens of the United States. Hopes have been entertained that if that Republic could escape both foreign and civil war for a few years its great natural resources would enable it to honor its obligations. Though it is now understood to be at peace with other countries, a serious insurrection is reported to be in progress in an important region of that Republic. This may be taken advantage of as another reason to delay the payment of the dues of our citizens.
The deplorable strife in Cuba continues without any marked change in the relative advantages of the contending forces. The insurrection continues, but Spain has gained no superiority. Six years of strife give to the insurrection a significance which can not be denied. Its duration and the tenacity of its adherence, together with the absence of manifested power of suppression on the part of Spain, can not be controverted, and may make some positive steps on the part of other powers a matter of self-necessity. I had confidently hoped at this time to be able to announce the arrangement of some of the important questions between this Government and that of Spain, but the negotiations have been protracted. The unhappy intestine dissensions of Spain command our profound sympathy, and must be accepted as perhaps a cause of some delay. An early settlement, in part at least, of the questions between the Governments is hoped. In the meantime, awaiting the results of immediately pending negotiations, I defer a further and fuller communication on the subject of the relations of this country and Spain.
I have again to call the attention of Congress to the unsatisfactory condition of the existing laws with reference to expatriation and the election of nationality. Formerly, amid conflicting opinions and decisions, it was difficult to exactly determine how far the doctrine of perpetual allegiance was applicable to citizens of the United States. Congress by the act of the 27th of July, 1868, asserted the abstract right of expatriation as a fundamental principle of this Government. Notwithstanding such assertion and the necessity of frequent application of the principle, no legislation has been had defining what acts or formalities shall work expatriation or when a citizen shall be deemed to have renounced or to have lost his citizenship. The importance of such definition is obvious. The representatives of the United States in foreign countries are continually called upon to lend their aid and the protection of the United States to persons concerning the good faith or the reality of whose citizenship there is at least great question. In some cases the provisions of the treaties furnish some guide; in others it seems left to the person claiming the benefits of citizenship, while living in a foreign country, contributing in no manner to the performance of the duties of a citizen of the United States, and without intention at any time to return and undertake those duties, to use the claims to citizenship of the United States simply as a shield from the performance of the obligations of a citizen elsewhere.
The status of children born of American parents residing in a foreign country, of American women who have married aliens, of American citizens residing abroad where such question is not regulated by treaty, are all sources of frequent difficulty and discussion. Legislation on these and similar questions, and particularly defining when and under what circumstances expatriation can be accomplished or is to be presumed, is especially needed. In this connection I earnestly call the attention of Congress to the difficulties arising from fraudulent naturalization. The United States wisely, freely, and liberally offers its citizenship to all who may come in good faith to reside within its limits on their complying with certain prescribed reasonable and simple formalities and conditions. Among the highest duties of the Government is that to afford firm, sufficient, and equal protection to all its citizens, whether native born or naturalized. Care should be taken that a right carrying with it such support from the Government should not be fraudulently obtained, and should be bestowed only upon full proof of a compliance with the law; and yet frequent instances are brought to the attention of the Government of illegal and fraudulent naturalization and of the unauthorized use of certificates thus improperly obtained. In some cases the fraudulent character of the naturalization has appeared upon the face of the certificate itself; in others examination discloses that the holder had not complied with the law, and in others certificates have been obtained where the persons holding them not only were not entitled to be naturalized, but had not even been within the United States at the time of the pretended naturalization. Instances of each of these classes of fraud are discovered at our legations, where the certificates of naturalization are presented either for the purpose of obtaining passports or in demanding the protection of the legation. When the fraud is apparent on the face of such certificates, they are taken up by the representatives of the Government and forwarded to the Department of State. But even then the record of the court in which the fraudulent naturalization occurred remains, and duplicate certificates are readily obtainable. Upon the presentation of these for the issue of passports or in demanding protection of the Government, the fraud sometimes escapes notice, and such certificates are not infrequently used in transactions of business to the deception and injury of innocent parties. Without placing any additional obstacles in the way of the obtainment of citizenship by the worthy and well-intentioned foreigner who comes in good faith to cast his lot with ours, I earnestly recommend further legislation to punish fraudulent naturalization and to secure the ready cancellation of the record of every naturalization made in fraud.
Since my last annual message the exchange has been made of the ratification of treaties of extradition with Belgium, Ecuador, Peru, and Salvador; also of a treaty of commerce and navigation with Peru, and one of commerce and consular privileges with Salvador; all of which have been duly proclaimed, as has also a declaration with Russia with reference to trade-marks.
The report of the Secretary of the Treasury, which by law is made directly to Congress, and forms no part of this message, will show the receipts and expenditures of the Government for the last fiscal year, the amount received from each source of revenue, and the amount paid out for each of the Departments of Government. It will be observed from this report that the amount of receipts over expenditures has been but $2,344,882.30 for the fiscal year ending June 30, 1874, and that for the current fiscal year the estimated receipts over expenditures will not much exceed $9,000,000. In view of the large national debt existing and the obligation to add 1 per cent per annum to the sinking fund, a sum amounting now to over $34,000,000 per annum, I submit whether revenues should not be increased or expenditures diminished to reach this amount of surplus. Not to provide for the sinking fund is a partial failure to comply with the contracts and obligations of the Government. At the last session of Congress a very considerable reduction was made in rates of taxation and in the number of articles submitted to taxation; the question may well be asked, whether or not, in some instances, unwisely. In connection with this subject, too, I venture the opinion that the means of collecting the revenue, especially from imports, have been so embarrassed by legislation as to make it questionable whether or not large amounts are not lost by failure to collect, to the direct loss of the Treasury and to the prejudice of the interests of honest importers and taxpayers.
The Secretary of the Treasury in his report favors legislation looking to an early return to specie payments, thus supporting views previously expressed in this message. He also recommends economy in appropriations; calls attention to the loss of revenue from repealing the tax on tea and coffee, without benefit to the consumer; recommends an increase of 10 cents a gallon on whisky, and, further, that no modification be made in the banking and currency bill passed at the last session of Congress, unless modification should become necessary by reason of the adoption of measures for returning to specie payments. In these recommendations I cordially join.
I would suggest to Congress the propriety of readjusting the tariff so as to increase the revenue, and at the same time decrease the number of articles upon which duties are levied. Those articles which enter into our manufactures and are not produced at home, it seems to me, should be entered free. Those articles of manufacture which we produce a constituent part of, but do not produce the whole, that part which we do not produce should enter free also. I will instance fine wool, dyes, etc. These articles must be imported to form a part of the manufacture of the higher grades of woolen goods. Chemicals used as dyes, compounded in medicines, and used in various ways in manufactures come under this class. The introduction free of duty of such wools as we do not produce would stimulate the manufacture of goods requiring the use of those we do produce, and therefore would be a benefit to home production. There are many articles entering into "home manufactures" which we do not produce ourselves the tariff upon which increases the cost of producing the manufactured article. All corrections in this regard are in the direction of bringing labor and capital in harmony with each other and of supplying one of the elements of prosperity so much needed.
The report of the Secretary of War herewith attached, and forming a part of this message, gives all the information concerning the operations, wants, and necessities of the Army, and contains many suggestions and recommendations which I commend to your special attention.
There is no class of Government employees who are harder worked than the Army--officers and men; none who perform their tasks more cheerfully and efficiently and under circumstances of greater privations and hardships.
Legislation is desirable to render more efficient this branch of the public service. All the recommendations of the Secretary of War I regard as judicious, and I especially commend to your attention the following: The consolidation of Government arsenals; the restoration of mileage to officers traveling under orders; the exemption of money received from the sale of subsistence stores from being covered into the Treasury; the use of appropriations for the purchase of subsistence stores without waiting for the beginning of the fiscal year for which the appropriation is made; for additional appropriations for the collection of torpedo material; for increased appropriations for the manufacture of arms; for relieving the various States from indebtedness for arms charged to them during the rebellion; for dropping officers from the rolls of the Army without trial for the offense of drawing pay more than once for the same period; for the discouragement of the plan to pay soldiers by cheek, and for the establishment of a professorship of rhetoric and English literature at West Point. The reasons for these recommendations are obvious, and are set forth sufficiently in the reports attached. I also recommend that the status of the staff corps of the Army be fixed, where this has not already been done, so that promotions may be made and vacancies filled as they occur in each grade when reduced below the number to be fixed by law. The necessity for such legislation is specially felt now in the Pay Department. The number of officers in that department is below the number adequate to the performance of the duties required of them by law.
The efficiency of the Navy has been largely increased during the last year. Under the impulse of the foreign complications which threatened us at the commencement of the last session of Congress, most of our efficient wooden ships were put in condition for immediate service, and the repairs of our ironclad fleet were pushed with the utmost vigor. The result is that most of these are now in an effective state and need only to be manned and put in commission to go at once into service.
Some of the new sloops authorized by Congress are already in commission, and most of the remainder are launched and wait only the completion of their machinery to enable them to take their places as part of our effective force.
Two iron torpedo ships have been completed during the last year, and four of our large double-turreted ironclads are now undergoing repairs. When these are finished, everything that is useful of our Navy, as now authorized, will be in condition for service, and with the advance in the science of torpedo warfare the American Navy, comparatively small as it is, will be found at any time powerful for the purposes of a peaceful nation.
Much has been accomplished during the year in aid of science and to increase the sum of general knowledge and further the interests of commerce and civilization. Extensive and much-needed soundings have been made for hydrographic purposes and to fix the proper routes of ocean telegraphs. Further surveys of the great Isthmus have been undertaken and completed, and two vessels of the Navy are now employed, in conjunction with those of England, France, Germany, and Russia, in observations connected with the transit of Venus, so useful and interesting to the scientific world.
The estimates for this branch of the public service do not differ materially from those of last year, those for the general support of the service being somewhat less and those for permanent improvements at the various stations rather larger than the corresponding estimate made a year ago. The regular maintenance and a steady increase in the efficiency of this most important arm in proportion to the growth of our maritime intercourse and interests is recommended to the attention of Congress.
The use of the Navy in time of peace might be further utilized by a direct authorization of the employment of naval vessels in explorations and surveys of the supposed navigable waters of other nationalities on this continent, especially the tributaries of the two great rivers of South America, the Orinoco and the Amazon. Nothing prevents, under existing laws, such exploration, except that expenditures must be made in such expeditions beyond those usually provided for in the appropriations. The field designated is unquestionably one of interest and one capable of large development of commercial interests--advantageous to the peoples reached and to those who may establish relations with them.
Education of the people entitled to exercise the right of franchise I regard essential to general prosperity everywhere, and especially so in republics, where birth, education, or previous condition does not enter into account in giving suffrage. Next to the public school, the post-office is the great agent of education over our vast territory. The rapidity with which new sections are being settled, thus increasing the carrying of mails in a more rapid ratio than the increase of receipts, is not alarming. The report of the Postmaster-General herewith attached shows that there was an increase of revenue in his Department in 1873 over the previous year of $1,674,411, and an increase of cost of carrying the mails and paying employees of $3,041,468.91. The report of the Postmaster-General gives interesting statistics of his Department, and compares them with the corresponding statistics of a year ago, showing a growth in every branch of the Department.
A postal convention has been concluded with New South Wales, an exchange of postal cards established with Switzerland, and the negotiations pending for several years past with France have been terminated in a convention with that country, which went into effect last August.
An international postal congress was convened in Berne, Switzerland, in September last, at which the United States was represented by an officer of the Post-Office Department of much experience and of qualification for the position. A convention for the establishment of an international postal union was agreed upon and signed by the delegates of the countries represented, subject to the approval of the proper authorities of those countries.
I respectfully direct your attention to the report of the Postmaster-General and to his suggestions in regard to an equitable adjustment of the question of compensation to railroads for carrying the mails.
Your attention will be drawn to the unsettled condition of affairs in some of the Southern States.
On the 14th of September last the governor of Louisiana called upon me, as provided by the Constitution and laws of the United States, to aid in suppressing domestic violence in that State. This call was made in view of a proclamation issued on that day by D. B. Penn, claiming that he was elected lieutenant-governor in 1872, and calling upon the militia of the State to arm, assemble, and drive from power the usurpers, as he designated the officers of the State government. On the next day I issued my proclamation commanding the insurgents to disperse within five days from the date thereof, and subsequently learned that on that day they had taken forcible possession of the statehouse. Steps were taken by me to support the existing and recognized State government, but before the expiration of the five days the insurrectionary movement was practically abandoned, and the officers of the State government, with some minor exceptions, resumed their powers and duties. Considering that the present State administration of Louisiana has been the only government in that State for nearly two years; that it has been tacitly acknowledged and acquiesced in as such by Congress, and more than once expressly recognized by me, I regarded it as my clear duty, when legally called upon for that purpose, to prevent its overthrow by an armed mob under pretense of fraud and irregularity in the election of 1872. I have heretofore called the attention of Congress to this subject, stating that on account of the frauds and forgeries committed at said election, and because it appears that the returns thereof were never legally canvassed, it was impossible to tell thereby who were chosen; but from the best sources of information at my command I have always believed that the present State officers received a majority of the legal votes actually cast at that election. I repeat what I said in my special message of February 23, 1873, that in the event of no action by Congress I must continue to recognize the government heretofore recognized by me.
I regret to say that with preparations for the late election decided indications appeared in some localities in the Southern States of a determination, by acts of violence and intimidation, to deprive citizens of the freedom of the ballot because of their political opinions. Bands of men, masked and armed, made their appearance; White Leagues and other societies were formed; large quantities of arms and ammunition were imported and distributed to these organizations; military drills, with menacing demonstrations, were held, and with all these murders enough were committed to spread terror among those whose political action was to be suppressed, if possible, by these intolerant and criminal proceedings. In some places colored laborers were compelled to vote according to the wishes of their employers, under threats of discharge if they acted otherwise; and there are too many instances in which, when these threats were disregarded, they were remorselessly executed by those who made them. I understand that the fifteenth amendment to the Constitution was made to prevent this and a like state of things, and the act of May 31, 1870, with amendments, was passed to enforce its provisions, the object of both being to guarantee to all citizens the right to vote and to protect them in the free enjoyment of that right. Enjoined by the Constitution "to take care that the laws be faithfully executed," and convinced by undoubted evidence that violations of said act had been committed and that a widespread and flagrant disregard of it was contemplated, the proper officers were instructed to prosecute the offenders, and troops were stationed at convenient points to aid these officers, if necessary, in the performance of their official duties. Complaints are made of this interference by Federal authority; but if said amendment and act do not provide for such interference under the circumstances as above stated, then they are without meaning, force, or effect, and the whole scheme of colored enfranchisement is worse than mockery and little better than a crime. Possibly Congress may find it due to truth and justice to ascertain, by means of a committee, whether the alleged wrongs to colored citizens for political purposes are real or the reports thereof were manufactured for the occasion.
The whole number of troops in the States of Louisiana, Alabama, Georgia, Florida, South Carolina, North Carolina, Kentucky, Tennessee, Arkansas, Mississippi, Maryland, and Virginia at the time of the election was 4,082. This embraces the garrisons of all the forts from the Delaware to the Gulf of Mexico.
Another trouble has arisen in Arkansas. Article 13 of the constitution of that State (which was adopted in 1868, and upon the approval of which by Congress the State was restored to representation as one of the States of the Union) provides in effect that before any amendments proposed to this constitution shall become a part thereof they shall be passed by two successive assemblies and then submitted to and ratified by a majority of the electors of the State voting thereon. On the 11th of May, 1874, the governor convened an extra session of the general assembly of the State, which on the 18th of the same month passed an act providing for a convention to frame a new constitution. Pursuant to this act, and at an election held on the 30th of June, 1874, the convention was approved, and delegates were chosen thereto, who assembled on the 14th of last July and framed a new constitution, the schedule of which provided for the election of an entire new set of State officers in a manner contrary to the then existing election laws of the State. On the 13th of October, 1874, this constitution, as therein provided, was submitted to the people for their approval or rejection, and according to the election returns was approved by a large majority of those qualified to vote thereon; and at the same election persons were chosen to fill all the State, county, and township offices. The governor elected in 1872 for the term of four years turned over his office to the governor chosen under the new constitution, whereupon the lieutenant-governor, also elected in 1872 for a term of four years, claiming to act as governor, and alleging that said proceedings by which the new constitution was made and a new set of officers elected were unconstitutional, illegal, and void, called upon me, as provided in section 4, Article IV, of the Constitution, to protect the State against domestic violence. As Congress is now investigating the political affairs of Arkansas, I have declined to interfere.
The whole subject of Executive interference with the affairs of a State is repugnant to public opinion, to the feelings of those who, from their official capacity, must be used in such interposition, and to him or those who must direct. Unless most clearly on the side of law, such interference becomes a crime; with the law to support it, it is condemned without a heating. I desire, therefore, that all necessity for Executive direction in local affairs may become unnecessary and obsolete. I invite the attention, not of Congress, but of the people of the United States, to the causes and effects of these unhappy questions. Is there not a disposition on one side to magnify wrongs and outrages, and on the other side to belittle them or justify them? If public opinion could be directed to a correct survey of what is and to rebuking wrong and aiding the proper authorities in punishing it, a better state of feeling would be inculcated, and the sooner we would have that peace which would leave the States free indeed to regulate their own domestic affairs. I believe on the part of our citizens of the Southern States--the better part of them--there is a disposition to be law abiding, and to do no violence either to individuals or to the laws existing. But do they do right in ignoring the existence of violence and bloodshed in resistance to constituted authority? I sympathize with their prostrate condition, and would do all in my power to relieve them, acknowledging that in some instances they have had most trying governments to live under, and very oppressive ones in the way of taxation for nominal improvements, not giving benefits equal to the hardships imposed. But can they proclaim themselves entirely irresponsible for this condition? They can not. Violence has been rampant in some localities, and has either been justified or denied by those who could have prevented it. The theory is even raised that there is to be no further interference on the part of the General Government to protect citizens within a State where the State authorities fail to give protection. This is a great mistake. While I remain Executive all the laws of Congress and the provisions of the Constitution, including the recent amendments added thereto, will be enforced with rigor, but with regret that they should have added one jot or tittle to Executive duties or powers. Let there be fairness in the discussion of Southern questions, the advocates of both or all political parties giving honest, truthful reports of occurrences, condemning the wrong and upholding the tight, and soon all will be well. Under existing conditions the negro votes the Republican ticket because he knows his friends are of that party. Many a good citizen votes the opposite, not because he agrees with the great principles of state which separate parties, but because, generally, he is opposed to negro rule. This is a most delusive cry. Treat the negro as a citizen and a voter, as he is and must remain, and soon parties will be divided, not on the color line, but on principle. Then we shall have no complaint of sectional interference.
The report of the Attorney-General contains valuable recommendations relating to the administration of justice in the courts of the United States, to which I invite your attention.
I respectfully suggest to Congress the propriety of increasing the number of judicial districts in the United States to eleven (the present number being nine) and the creation of two additional judgeships. The territory to be traversed by the circuit judges is so great and the business of the courts so steadily increasing that it is growing more and more impossible for them to keep up with the business requiring their attention. Whether this would involve the necessity of adding two more justices of the Supreme Court to the present number I submit to the judgment of Congress.
The attention of Congress is invited to the report of the Secretary of the Interior and to the legislation asked for by him. The domestic interests of the people are more intimately connected with this Department than with either of the other Departments of Government. Its duties have been added to from time to time until they have become so onerous that without the most perfect system and order it will be impossible for any Secretary of the Interior to keep trace of all official transactions having his sanction and done in his name, and for which he is held personally responsible.
The policy adopted for the management of Indian affairs, known as the peace policy, has been adhered to with most beneficial results. It is confidently hoped that a few years more will relieve our frontiers from danger of Indian depredations.
I commend the recommendation of the Secretary for the extension of the homestead laws to the Indians and for some sort of Territorial government for the Indian Territory. A great majority of the Indians occupying this Territory are believed yet to be incapable of maintaining their rights against the more civilized and enlightened white man. Any Territorial form of government given them, therefore, should protect them in their homes and property for a period of at least twenty years, and before its final adoption should be ratified by a majority of those affected.
The report of the Secretary of the Interior herewith attached gives much interesting statistical information, which I abstain from giving an abstract of, but refer you to the report itself.
The act of Congress providing the oath which pensioners must subscribe to before drawing their pensions cuts off from this bounty a few survivors of the War of 1812 residing in the Southern States. I recommend the restoration of this bounty to all such. The number of persons whose names would thus be restored to the list of pensioners is not large. They are all old persons, who could have taken no part in the rebellion, and the services for which they were awarded pensions were in defense of the whole country.
The report of the Commissioner of Agriculture herewith contains suggestions of much interest to the general public, and refers to the sly approaching Centennial and the part his Department is ready to take in it. I feel that the nation at large is interested in having this exposition a success, and commend to Congress such action as will secure a greater general interest in it. Already many foreign nations have signified their intention to be represented at it, and it may be expected that every civilized nation will be represented.
The rules adopted to improve the civil service of the Government have been adhered to as closely as has been practicable with the opposition with which they meet. The effect, I believe, has been beneficial on the whole, and has tended to the elevation of the service. But it is impracticable to maintain them without direct and positive support of Congress. Generally the support which this reform receives is from those who give it their support only to find fault when the rules are apparently departed from. Removals from office without preferring charges against parties removed are frequently cited as departures from the rules adopted, and the retention of those against whom charges are made by irresponsible persons and without good grounds is also often condemned as a violation of them. Under these circumstances, therefore, I announce that if Congress adjourns without positive legislation on the subject of "civil-service reform" I will regard such action as a disapproval of the system, and will abandon it, except so far as to require examinations for certain appointees, to determine their fitness. Competitive examinations will be abandoned.
The gentlemen who have given their services, without compensation, as members of the board to devise rules and regulations for the government of the civil service of the country have shown much zeal and earnestness in their work, and to them, as well as to myself, it will be a source of mortification if it is to be thrown away. But I repeat that it is impossible to carry this system to a successful issue without general approval and assistance and positive law to support it.
I have stated that three elements of prosperity to the nation--capital, labor, skilled and unskilled, and products of the soil--still remain with us. To direct the employment of these is a problem deserving the most serious attention of Congress. If employment can be given to all the labor offering itself, prosperity necessarily follows. I have expressed the opinion, and repeat it, that the first requisite to the accomplishment of this end is the substitution of a sound currency in place of one of a fluctuating value. This secured, there are many interests that might be fostered to the great profit of both labor and capital. How to induce capital to employ labor is the question. The subject of cheap transportation has occupied the attention of Congress. Much new light on this question will without doubt be given by the committee appointed by the last Congress to investigate and report upon this subject.
A revival of shipbuilding, and particularly of iron steamship building, is of vast importance to our national prosperity. The United States is now paying over $100,000,000 per annum for freights and passage on foreign ships--to be carried abroad and expended in the employment and support of other peoples--beyond a fair percentage of what should go to foreign vessels, estimating on the tonnage and travel of each respectively. It is to be regretted that this disparity in the carrying trade exists, and to correct it I would be willing to see a great departure from the usual course of Government in supporting what might usually be termed private enterprise. I would not suggest as a remedy direct subsidy to American steamship lines, but I would suggest the direct offer of ample compensation for carrying the mails between Atlantic Seaboard cities and the Continent on American-owned and American-built steamers, and would extend this liberality to vessels carrying the mails to South American States and to Central America and Mexico, and would pursue the same policy from our Pacific seaports to foreign seaports on the Pacific. It might be demanded that vessels built for this service should come up to a standard fixed by legislation in tonnage, speed, and all other qualities, looking to the possibility of Government requiring them at some time for war purposes. The right also of taking possession of them in such emergency should be guarded.
I offer these suggestions, believing them worthy of consideration, in all seriousness, affecting all sections and all interests alike. If anything better can be done to direct the country into a course of general prosperity, no one will be more ready than I to second the plan.
Forwarded herewith will be found the report of the commissioners appointed under an act of Congress approved June 20, 1874, to wind up the affairs of the District government. It will be seen from the report that the net debt of the District of Columbia, less securities on hand and available, is:
Bonded debt issued prior to July 1, 1874 $8,883,940.93
3.65 bonds, act of Congress June 20, 1874 2,088,168.73
Certificates of the board of audit 4,770,558.45
Ulysses S. Grant
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