sábado, 16 de agosto de 2014

Carta a Newburgh de George Washington, del 15 de marzo 1783 / Newbourgh Address (march 15, 1783)

(revisando)


Señores: Por una convocatoria anónima, un intento se ha hecho para convocar juntos; cómo incompatibles con las reglas de la propiedad! cómo poco militar! y cómo subversiva de todo orden y disciplina, que el buen sentido del Ejército decidir.

En el momento de esta convocatoria, otra producción anónima fue enviada a la circulación, dirigida más a los sentimientos y pasiones, que a la razón y el juicio del Ejército. El autor de la pieza, tiene derecho a mucho crédito por la bondad de su pluma y yo podría desear que tenía tanto crédito por la rectitud de su corazón, ya que, como los hombres ven excelentes referencias 'diferentes Óptica, y son inducidos por las facultades que reflejan de la mente, el uso de diferentes medios, para alcanzar el mismo fin, el Autor de la Dirección, debería haber tenido más caridad, que con motivo de sospecha, el hombre quien debe recomendar la moderación y la paciencia más tiempo, o, en otras palabras, que no debe pensar como él piensa, y actuar como lo aconseja. Pero él tenía otro plan en vista, en la que la franqueza y la liberalidad de sentimiento, respecto a la justicia, y amor a la patria, no tienen parte; y tenía razón, para insinuar la sospecha más oscuro, para efectuar los diseños más negros.

Que la Dirección se dibuja con gran arte, y está diseñado para responder a los propósitos más insidiosos. Que se calcula para impresionar la mente, con una idea de la injusticia premeditada en el poder soberano de los Estados Unidos, y despertar a todos esos resentimientos que deben fluir inevitable de tal creencia. Que el motor secreto de este esquema (sea quien sea) la intención de tomar ventaja de las pasiones, mientras se calentaban por el recuerdo de las angustias del pasado, sin darle tiempo para que, el pensamiento deliberativo fresco, y que la calma de la mente que es tan necesaria para dar dignidad y la estabilidad de las medidas se hayan vuelto demasiado evidente, por el modo de llevar a cabo el negocio, a necesitar otra prueba que una referencia al procedimiento.

Así, mucho, señores, he pensado que incumbe a mí para observar a usted, para manifestar a qué principios me opuse a la reunión irregular y precipitada que se propuso que haberse celebrado el martes pasado: y no porque yo quería una disposición para darle todas las oportunidades en consonancia con su propio honor y la dignidad del ejército, para dar a conocer sus quejas. Si mi conducta hasta ahora, no se ha evidenciado a usted, que he sido un amigo fiel al ejército, mi declaración de que en este momento wd. ser igualmente inútil e impropio. Pero como yo era uno de los primeros que se embarcó en la causa de nuestra común País. Como yo nunca he dejado de lado un momento, pero cuando se le llama a usted en el servicio público. Como he sido el compañero constante y el testimonio de sus Angustias, y no entre los últimos en sentir y reconocer sus méritos. Como he considerado siempre mi propia reputación militar como inseparablemente conectada con la del Ejército. A medida que mi corazón nunca se ha expandido con alegría, cuando he oído sus alabanzas, y mi indignación ha surgido, cuando la boca de la detracción se ha abierto en contra de ella, que apenas puede suponerse, en esta última fase de la guerra, que yo soy indiferente a sus intereses. Pero, azada son ellos para ser promovido? El camino es claro, dice el anónimo emisor. Si la guerra continúa, retire en el inestable país; no establecen ustedes mismos, y dejar un ingrato país para defenderse. Pero ¿cómo van a defender? Nuestras mujeres, nuestros niños, nuestras granjas, y otros bienes que dejamos detrás de nosotros. O, en este estado de separación hostil, vamos a tomar los dos primeros (el último, no se puede quitar), que perecen en un desierto, con el hambre, el frío y la desnudez? Si la paz se lleva a cabo, nunca se funda su Swords Dice que hasta que haya obtenido plena y amplia de justicia; esta alternativa terrible, ya sea abandonando a nuestro país en la hora más extremo de su angustia, o convertir nuestras armas contra ella, (que es el objeto aparente, a menos que el Congreso puede ser obligado a cumplir instantánea) tiene algo tan impactante en el mismo, que las revueltas humanidad ante la idea. Dios mío! ¿Qué puede este escritor tiene a la vista, al recomendar esas medidas? ¿Puede ser un amigo para el Ejército? ¿Puede ser un amigo a este país? Más bien, no es que un enemigo insidioso? Algunos Emisario, tal vez de Nueva York, el trazado de la ruina de ambos, sembrando las semillas de la discordia y la separación entre los poderes civiles y militares del continente? Y lo que un cumplido qué pagar a nuestros entendimientos, cuando recomienda medidas en cualquiera de las alternativas, impracticables en su naturaleza?

Pero aquí, señores, voy a dejar caer la cortina, porque wd. ser tan imprudente en mí para asignar mis razones para esta opinión, ya que sería un insulto a su concepción, para suponer que estuvieran necesitados de ellos. Un momento de reflexión convencerá a cada mente desapasionada de la imposibilidad física de realizar ninguna de las propuestas en la ejecución.

Es posible que, señores, ser un incorrección en mi toma nota, en este Discurso a usted, de una producción en el anonimato, pero la manera en que el rendimiento que se ha introducido en el ejército, el efecto que se pretende tener, junto con algún otro circunstancias, se justifican ampliamente mis observaciones sobre la tendencia de ese escrito. Con respecto a los consejos dados por el autor, para sospechar el hombre, quien recomendará las medidas moderadas y paciencia ya, yo desprecio que, como cada hombre, que se refiere a la libertad, y reverencia que la justicia para los que lidiar, sin duda, debe; pues si los hombres han de ser excluidos de ofrecer sus sentimientos sobre un asunto, que puede implicar las consecuencias más graves y alarmantes, que puede invitar a la consideración de la humanidad, la razón es de ninguna utilidad para nosotros; la libertad de expresión puede ser quitado, y mudo y silencioso podemos ser llevados, como ovejas, a la Masacre.

No puedo, en la justicia de mi propia creencia, y lo que tengo gran razón para concebir es la intención del Congreso, la conclusión de esta Dirección, sin darle como mi opinión decidida, que ese Honorable Cuerpo, entretener sentimientos exaltados de los Servicios del Ejército ; y, a partir de una plena convicción de sus méritos y sufrimientos, lo hará la justicia completa. Que sus esfuerzos, para descubrir y establecer fondos para este propósito, he sido incansable, y no cesaré hasta que hayan éxito, no he duda. Pero, como todos los demás órganos grandes, donde hay una variedad de diferentes intereses de conciliar, sus deliberaciones son lentos. ¿Por qué entonces deberíamos desconfiar de ellos? y, como consecuencia de que la desconfianza, adoptar medidas que puedan proyectar una sombra sobre esa gloria que ha sido adquirido de manera justa; y empañar la reputación de un Ejército que se celebra excelentes referencias 'toda Europa, por su entereza y patriotismo? y para qué se hace esto? para llevar el objeto que buscamos más cerca? ¡No! sin duda, en mi opinión, se lo echó a una distancia mayor.

Para mí (y me da ningún mérito en dar la seguridad, la inducción a la misma desde principios de gratitud, veracidad y la justicia), un sentido agradecido de la confianza que has depositado en mí, un recuerdo de la ayuda alegre y pronta obediencia yo he experimentado desde que, bajo todo vicisitudes de la fortuna, y el sincero afecto que siento por un Ejército, he tenido tanto tiempo el honor de Comando, me va a obligar a declarar, de esta manera pública y solemne, que, en la consecución de la justicia completa para todas sus fatigas y peligros, y en la satisfacción de todos los deseos, en lo que se puede hacer de manera compatible con el gran deber que le debo a mi país, y las facultades que estamos obligados a respetar, es posible ordenar libremente mis servicios a el máximo de mis capacidades.

Mientras te doy estas garantías, y me comprometo a mí mismo en la manera más inequívoca, a ejercer toda la capacidad que poseo, en su favor, déjame que te ruego, señores, por su parte, no tomar ninguna medida, que vieron en el calma luz de la razón, disminuirá la dignidad, y mancillar la gloria que ha mantenido hasta ahora; déjame pido que confía en la fe empeñada de su País, y coloca una confianza plena en la pureza de las intenciones del Congreso; que, previo a su disolución como un ejército que hará que todos tus actos. ser bastante liquidado, como se indica en sus resoluciones, que fueron publicados a que hace dos días, y que se adopten las medidas más eficaces en su poder, para hacer justicia a un amplio ti, por tu fiel y Servicios meritorias. Y déjame que te conjuro, en el nombre de nuestro país común, como el valor de su propio honor sagrado, y cuando se respeten los derechos de la humanidad, y como usted considera el carácter militar y nacional de América, para expresar su máximo horror y aborrecimiento de el hombre que quiere, bajo cualquier pretextos especiosos, para anular las libertades de nuestro país, y que maliciosamente intenta abrir las compuertas de la discordia civil, y diluvios nuestra creciente imperio en la sangre. Por lo tanto, la determinación, y por lo tanto actuar, va a perseguir el camino llano y directo para la consecución de sus deseos. Va a derrotar los designios insidiosos de nuestros enemigos, que se ven obligados a recurrir de fuerza abierta a Artificio secreto. Usted dará distinguida prueba de una más de patriotismo sin igual y la virtud del paciente, aumento superior a la presión de los padecimientos más complicados; Y usted, por la dignidad de su conducta, pagar con motivo de la posteridad decir, cuando se habla del glorioso ejemplo que ha exhibido a la humanidad ", tuvo este día estado esperando, el mundo nunca había visto la última etapa de la perfección a la que humano la naturaleza es capaz de alcanzar ".



Original



Gentlemen: By an anonymous summons, an attempt has been made to convene you together; how inconsistent with the rules of propriety! how unmilitary! and how subversive of all order and discipline, let the good sense of the Army decide.

In the moment of this Summons, another anonymous production was sent into circulation, addressed more to the feelings and passions, than to the reason and judgment of the Army. The author of the piece, is entitled to much credit for the goodness of his Pen and I could wish he had as much credit for the rectitude of his Heart, for, as Men see thro’ different Optics, and are induced by the reflecting faculties of the Mind, to use different means, to attain the same end, the Author of the Address, should have had more charity, than to mark for Suspicion, the Man who should recommend moderation and longer forbearance, or, in other words, who should not think as he thinks, and act as he advises. But he had another plan in view, in which candor and liberality of Sentiment, regard to justice, and love of Country, have no part; and he was right, to insinuate the darkest suspicion, to effect the blackest designs.

That the Address is drawn with great Art, and is designed to answer the most insidious purposes. That it is calculated to impress the Mind, with an idea of premeditated injustice in the Sovereign power of the United States, and rouse all those resentments which must unavoidably flow from such a belief. That the secret mover of this Scheme (whoever he may be) intended to take advantage of the passions, while they were warmed by the recollection of past distresses, without giving time for cool, deliberative thinking, and that composure of Mind which is so necessary to give dignity and stability to measures is rendered too obvious, by the mode of conducting the business, to need other proof than a reference to the proceeding.

Thus much, Gentlemen, I have thought it incumbent on me to observe to you, to shew upon what principles I opposed the irregular and hasty meeting which was proposed to have been held on Tuesday last: and not because I wanted a disposition to give you every opportunity consistent with your own honor, and the dignity of the army, to make known your grievances. If my conduct heretofore, has not evinced to you, that I have been a faithful friend to the Army, my declaration of it at this moment wd. be equally unavailing and improper. But as I was among the first who embarked in the cause of our common Country. As I have never left your side one moment, but when called from you on public duty. As I have been the constant companion and witness of your Distresses, and not among the last to feel, and acknowledge your Merits. As I have ever considered my own Military reputation as inseparably connected with that of the Army. As my Heart has ever expanded with joy, when I have heard its praises, and my indignation has arisen, when the mouth of detraction has been opened against it, it can scarcely be supposed, at this late stage of the War, that I am indifferent to its interests. But, hoe are they to be promoted? The way is plain, says the anonymous Addresser. If War continues, remove into the unsettled Country; there establish yourselves, and leave an ungrateful Country to defend itself. But how are they to defend? Our Wives, our Children, our Farms, and other property which we leave behind us. Or, in this state of hostile separation, are we to take the two first (the latter cannot be removed), to perish in a Wilderness, with hunger, cold and nakedness? If Peace takes place, never sheath your Swords Says he until you have obtained full and ample justice; this dreadful alternative, of either deserting our Country in the extremest hour of her distress, or turning our Arms against it, (which is the apparent object, unless Congress can be compelled into instant compliance) has something so shocking in it, that humanity revolts at the idea. My God! What can this writer have in view, by recommending such measures? Can he be a friend to the Army? Can he be a friend to this Country? Rather, is he not an insidious Foe? Some Emissary, perhaps from New York, plotting the ruin of both, by sowing the seeds of discord and separation between the Civil and Military powers of the Continent? And what a Compliment does he pay to our understandings, when he recommends measures in either alternative, impracticable in their Nature?

But here, Gentlemen, I will drop the curtain, because it wd. be as imprudent in me to assign my reasons for this opinion, as it would be insulting to your conception, to suppose you stood in need of them. A moment’s reflection will convince every dispassionate Mind of the physical impossibility of carrying either proposal into execution.

There might, Gentlemen, be an impropriety in my taking notice, in this Address to you, of an anonymous production, but the manner in which that performance has been introduced to the army, the effect it was intended to have, together with some other circumstances, will amply justify my observations on the tendency of that Writing. With respect to the advice given by the Author, to suspect the Man, who shall recommend moderate measures and longer forbearance, I spurn it, as every Man, who regards liberty, and reveres that justice for which we contend, undoubtedly must; for if Men are to be precluded from offering their Sentiments on a matter, which may involve the most serious and alarming consequences, that can invite the consideration of Mankind, reason is of no use to us; the freedom of Speech may be taken away, and dumb and silent we may be led, like sheep, to the Slaughter.

I cannot, in justice to my own belief, and what I have great reason to conceive is the intention of Congress, conclude this Address, without giving it as my decided opinion, that that Honorable Body, entertain exalted sentiments of the Services of the Army; and, from a full conviction of its merits and sufferings, will do it complete justice. That their endeavors, to discover and establish funds for this purpose, have been unwearied, and will not cease, till they have succeed, I have not a doubt. But, like all other large Bodies, where there is a variety of different Interests to reconcile, their deliberations are slow. Why then should we distrust them? and, in consequence of that distrust, adopt measures, which may cast a shade over that glory which, has been so justly acquired; and tarnish the reputation of an Army which is celebrated thro’ all Europe, for its fortitude and Patriotism? and for what is this done? to bring the object we seek nearer? No! most certainly, in my opinion, it will cast it at a greater distance.

For myself (and I take no merit in giving the assurance, being induced to it from principles of gratitude, veracity and justice), a grateful sense of the confidence you have ever placed in me, a recollection of the cheerful assistance, and prompt obedience I have experienced from you, under every vicissitude of Fortune, and the sincere affection I feel for an Army, I have so long had the honor to Command, will oblige me to declare, in this public and solemn manner, that, in the attainment of complete justice for all your toils and dangers, and in the gratification of every wish, so far as may be done consistently with the great duty I owe my Country, and those powers we are bound to respect, you may freely command my Services to the utmost of my abilities.

While I give you these assurances, and pledge myself in the most unequivocal manner, to exert whatever ability I am possessed of, in your favor, let me entreat you, Gentlemen, on your part, not to take any measures, which viewed in the calm light of reason, will lessen the dignity, and sully the glory you have hitherto maintained; let me request you to rely on the plighted faith of your Country, and place a full confidence in the purity of the intentions of Congress; that, previous to your dissolution as an Army they will cause all your Acts. to be fairly liquidated, as directed in their resolutions, which were published to you two days ago, and that they will adopt the most effectual measures in their power, to render ample justice to you, for your faithful and meritorious Services. And let me conjure you, in the name of our common Country, as you value your own sacred honor, as you respect the rights of humanity, and as you regard the Military and National character of America, to express your utmost horror and detestation of the Man who wishes, under any specious pretences, to overturn the liberties of our Country, and who wickedly attempts to open the flood Gates of Civil discord, and deluge our rising Empire in Blood. By thus determining, and thus acting, you will pursue the plain and direct road to the attainment of your wishes. You will defeat the insidious designs of our Enemies, who are compelled to resort from open force to secret Artifice. You will give one more distinguished proof of unexampled patriotism and patient virtue, rising superior to the pressure of the most complicated sufferings; And you will, by the dignity of your Conduct, afford occasion of Posterity to say, when speaking of the glorious example you have exhibited to Mankind, “had this day been wanting, the World had never seen the last stage of perfection to which human nature is capable of attaining.”

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